Los síntomas de ganglios linfáticos inflamados incluyen hinchazón, sensibilidad y dolor, además de otros síntomas dependiendo de la causa subyacente.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Los ganglios linfáticos inflamados son comúnmente asociados con infecciones bacterianas o virales. En algunos casos poco frecuentes, también pueden estar vinculados con condiciones cancerígenas.
Los ganglios linfáticos, conocidos como glándulas linfáticas, desempeñan una función crucial en el sistema de defensa del cuerpo contra infecciones. Actúan como filtros al capturar virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan propagarse a otras áreas del organismo.
¿Dónde se encuentran ubicados los ganglios linfáticos?
Los ganglios linfáticos tienen una función esencial en la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Las ubicaciones donde se puede observar inflamación de los ganglios linfáticos incluyen el cuello, la región debajo de la barbilla, las axilas y la ingle.
Zona más frecuente de inflamación
Uno de los lugares más frecuentes para detectar ganglios linfáticos hinchados es en el área del cuello. En el diagrama, se observan tres ganglios linfáticos inflamados ubicados debajo de la mandíbula inferior.
En algunos casos, el paso del tiempo y la aplicación de compresas calientes pueden ser medidas adecuadas para tratar la inflamación de los ganglios linfáticos. Si la inflamación es causada por una infección, el tratamiento dependerá de la causa subyacente.
Síntomas
La inflamación de los ganglios linfáticos indica un problema en el cuerpo. Al notar la hinchazón, pueden presentarse síntomas como sensibilidad y dolor en los ganglios, además de hinchazón de tamaño variable.
Dependiendo de la causa, pueden aparecer otros signos, como secreción nasal, dolor de garganta y fiebre (indicativos de infecciones respiratorias). También puede haber hinchazón generalizada en todo el cuerpo, lo que sugiere infecciones como el VIH o la mononucleosis, o trastornos inmunitarios como el lupus o la artritis reumatoide. La presencia de ganglios duros, fijos y de rápido crecimiento puede indicar cáncer o linfoma. Fiebre y sudores nocturnos también pueden estar relacionados.
Causas
Los ganglios linfáticos son grupos de células pequeños, redondos o en forma de poroto. Contienen células del sistema inmunitario que filtran el líquido linfático y lo protegen de invasores. Estos ganglios se ubican en grupos y drenan áreas específicas del cuerpo.
La inflamación de los ganglios linfáticos suele deberse a infecciones, especialmente las virales como el resfriado. Otras causas incluyen infecciones de oído, dientes o piel, así como enfermedades como el VIH, tuberculosis y cánceres como el linfoma o la leucemia. También pueden estar relacionados con trastornos inmunológicos como el lupus o la artritis reumatoide.
Además, es importante destacar que ciertos medicamentos, como el anticonvulsivo fenitoína (Dilantin) y los medicamentos preventivos de la malaria, también pueden ser causas poco frecuentes de inflamación de los ganglios linfáticos.
Posibles complicaciones
Cuando la inflamación de los ganglios linfáticos es causada por una infección sin tratamiento, puede desarrollarse un absceso. Estos abscesos son acumulaciones localizadas de pus causadas por la infección. El pus contiene líquido, glóbulos blancos, tejido muerto, bacterias u otros invasores. El tratamiento para un absceso puede implicar drenaje y la administración de antibióticos.
Diagnóstico
Para determinar la causa de la inflamación de los ganglios linfáticos, el médico llevará a cabo lo siguiente:
- Antecedentes médicos y exploración física para identificar la causa de los ganglios inflamados.
- Análisis de sangre y estudios por imágenes como radiografías o tomografías computarizadas para confirmar la causa.
- Biopsia de ganglios linfáticos si es necesario para un diagnóstico preciso.
Tratamiento
El tratamiento para ganglios linfáticos inflamados depende de la causa subyacente:
- Infecciones virales: No requieren antibióticos y se resuelven con el tiempo.
- Infecciones bacterianas: Tratamiento con antibióticos específicos.
- Trastornos inmunitarios: Enfocado en abordar la enfermedad subyacente.
- Cáncer: Tratamiento dirigido a combatir la enfermedad, como cirugía, radiación o quimioterapia.
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