La degradación del plástico en los ecosistemas marinos está generando un impacto en la salud pública.
La huella ambiental de la pandemia es bastante particular: mientras se redujeron las emisiones de los vehículos impulsados por combustible fósil, aumentaron los desechos de plásticos de un solo uso.
La investigación sugiere que no se trata del abuso de antibióticos, sino al uso de elementos que inciden en la resistencia de estos medicamentos.
Un estudio evidenció microplásticos en las heces humanas. Para encontrar estos hallazgos se realizó un análisis a ocho participantes internacionales.