Valoración Geriátrica Integral: una herramienta útil en otras especialidades

La Valoración Geriátrica Integral (VGI) es una herramienta multidimensional que permite evaluar de manera sistemática y holística al adulto mayor.

Dr. Tomás Pacheco Mota

    Valoración Geriátrica Integral: una herramienta útil en otras especialidades

    Dr. Tomás Pacheco Mota

    Doctor en Medicina, Universidad Central del Este (UCE).

    Especialista en Geriatría, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).

    Director Docente y Geriatra, Centro Médico Central Romana, La Romana.

    Geriatra, Centro de Atención Integral y Prevención de Diabetes (DIABEP).

    Miembro de la Sociedad Dominicana de Geriatría (SODOGE).

    Miembro fundador de la Sociedad Dominicana de Cuidados Paliativos (DOMICUIDA).

    Resumen 

    La Valoración Geriátrica Integral (VGI) es una herramienta multidimensional que permite evaluar de manera sistemática y holística al adulto mayor. Constituye la metodología más eficiente para afrontar los problemas médicos, mentales, funcionales y sociales que afectan al mismo, trayendo como resultado un conjunto de soluciones basadas en los diversos problemas identificados. Aplicada en otras especialidades optimizaría el abordaje clínico y cambiaría sustancialmente la calidad de la atención que reciben este grupo etario.  

    Palabras clave: Valoración Geriátrica Integral, Geriatría, envejecimiento, adultos mayores, especialidades médicas, fragilidad.

    Abstract

    The Comprehensive Geriatric Assessment is a multidimensional tool that allows for a systematic and holistic evaluation of older adults. It is considered the most efficient methodology for addressing the medical, mental, functional, and social problems that affect the elderly, resulting in a set of solutions tailored to the various issues identified. When applied in other medical specialties, it would optimize clinical management and substantially improve the quality of care received by older adults.

    Keywords: Comprehensive Geriatric Assessment, geriatrics, aging, older adults, medical specialties, frailty.

    Introducción

    El envejecimiento poblacional es una realidad hoy en día, teniendo esto un impacto en casi todas las especialidades médicas. Al revisar los datos aportados por la Organización Mundial de la Salud, encontramos que todos los países afrontan este cambio demográfico y por ende se hace necesario que todos los sistemas de salud se adapten a fin de dar respuesta a este nuevo panorama mundial. En el año 2020, el número de personas de 60 años o más superó al de niños menores de cinco años concluyéndose que entre 2015 y 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22% (OMS, 2025). Lo antes expresado nos ayuda a entender por qué estamos observando un nuevo perfil en los pacientes que nos visitan en consulta.

    Análisis del problema

    El envejecimiento comprende una serie de cambios físico-biológicos, funcionales, mentales y sociales que suponen un gran reto al momento de la evaluación médica independientemente de la especialidad. La coexistencia de múltiples enfermedades, además de los conocidos síndromes geriátricos – como polifarmacia, demencias, incontinencia, inmovilidad, caídas – nos obligan a adoptar un abordaje que vaya más allá de la simple evaluación de un órgano o sistema, en este sentido, la Valoración Geriátrica Integral (VGI) se convierte en la herramienta predilecta e indispensable para afrontar de manera integral e interdisciplinar los diferentes problemas de salud en este grupo. El modelo médico tradicional de evaluación no da respuesta a todas las necesidades del adulto mayor, sin embargo, la VGI no ha venido a sustituirlo, sino más bien a complementarlo como detallaremos.

    Relevancia de la VGI en la práctica médica tradicional 

    Los beneficios de la VGI han sido expuestos en diversos estudios, demostrando en cada uno de ellos que su implementación disminuye considerablemente la mortalidad y morbilidad en los pacientes ancianos cuando se utiliza de forma rutinaria (González-Montalvo et al., 2020), por lo que tomando en cuenta esta realidad, debe convertirse en un instrumento que pueda ser aplicado en todas las especialidades que tengan contacto con adultos mayores. La VGI aplicada en la práctica médica diaria permite encarar los procesos patológicos en este rango de edad con mayor tasa de éxito y mejorar resultados clínicos como hospitalizaciones, funcionalidad y dependencia.

    Una vez concluida esta evaluación pasando por las 4 esferas primordiales de la VGI (biológica o clínica, mental, funcional y social, sin olvidar la nutricional) tenemos una concepción más amplia de nuestro paciente y claramente las intervenciones serán mejor dirigidas a los problemas identificados. Se obtendrá un diagnóstico básico sobre el cual trabajar que nos facilitará planificar los cuidados necesarios para su solución y conoceremos otras situaciones de salud que indirectamente repercutan en el estado general del paciente.

    No podemos hablar de Geriatría o VGI y su relación con otras especialidades sin darle parte al concepto de fragilidad. La fragilidad puede entenderse como un estado clínico caracterizado por la disminución de las reservas fisiológicas que le permiten al individuo adaptarse a las situaciones estresantes o deletéreas ya sean intrínsecas, como extrínsecas, lo que incrementa su situación de vulnerabilidad. Hoy día existen nuevos conceptos como el de "Geriatría Transversal" que viene a incentivar a otras especialidades a apropiarse de temas relacionados con fragilidad, principalmente sobre su abordaje diagnóstico e intervenciones, entendiendo que esta tiene un impacto en este perfil clínico emergente de pacientes que vemos en nuestros hospitales. El médico Geriatra por su naturaleza es el profesional formado para gestionar la salud del adulto mayor pero cada vez más otras especialidades se ven forzadas a complementar el modelo de atención tradicional con otras herramientas diseñadas en un principio para Geriatras.

    Utilidad de la VGI aplicada en otras especialidades

    Cada vez es más frecuente que médicos no Geriatras se interesen en cuantificar y diagnosticar oportunamente el estado clínico de fragilidad, ya que la misma como bien mencionamos tiene un impacto directo en el tratamiento y pronóstico de cualquier enfermedad que afecte al adulto mayor. Es común en nuestra consulta ver pacientes referidos desde los servicios de Oncología y Hemato-oncología para evaluar el estado basal y determinar el impacto que podrían tener intervenciones como la quimioterapia o radioterapia en la calidad de vida y estado general, por lo que se recomienda desde el primer contacto con el paciente oncológico realizar una VGI orientada a las peculiaridades de estos tratamientos. 

    Una de las escalas que recomendamos aplicar con mayor frecuencia en adultos mayores con enfermedades oncológicas es la G8 Scale (Bellera et al., 2012) que es un cuestionario de 8 ítems creado para detectar oportunamente si un envejeciente se beneficia de una VGI previo al tratamiento oncológico, esto con la finalidad de un oportuno referimiento al Geriatra quien determinará cuáles pacientes no podrán tolerar un tratamiento estándar, además de identificar problemas que relacionados al estado nutricional, y orientar al médico tratante para ajustar el plan terapéutico. 

    Para los pacientes que acuden al servicio de Cirugía General y otras áreas quirúrgicas, vemos de gran utilidad aplicar el Índice de Comorbilidad de Charlson (Charlson Comorbidity Index, CCI) (Charlson et al., 1987) una herramienta diseñada para cuantificar la carga de enfermedades crónicas en el paciente y así predecir el riesgo de mortalidad, cuanto mayor es el puntaje, mayor será el riesgo de muerte ayudando a decidir la intensidad del tratamiento, la pertinencia de cirugías invasivas y la estimación de riesgos y complicaciones.

    La polifarmacia, definida como el uso regular de cinco o más medicamentos a la vez (Varghese et al., 2024), es considerada uno de los grandes síndromes geriátricos y un problema en crecimiento dentro de esta población. La común interacción farmacológica y las frecuentes reacciones adversas en pacientes polimedicados hacen necesario tomar todas las precauciones para evitar una "cascada medicamentosa" que termina constituyendo por sí misma otro problema. Cuando llevamos esta realidad a la práctica diaria nos encontramos pacientes que han pasado por consulta de otras especialidades clínicas como Neurología, Medicina Interna o Cardiología cargando consigo una serie de medicamentos que si bien puedieron ser necesarios, nadie se ha detenido a evaluar la pertinencia, la interacción o la prioridad en su uso, es por eso que se recomienda fortalecer el uso de escalas como los criterios de Beers (American Geriatrics Society, 2019) o los criterios STOPP-START (O´Mahony et al., 2015) que son herramientas destinadas a optimizar el abordaje farmacológico en los adultos mayores. Los primeros nos describen una lista de medicamentos potencialmente inadecuados para el envejeciente, teniendo como fin reducir los riesgos, mejorar la prescripción y prevenir efectos adversos. Los criterios STOPP-START como su nombre lo indica nos ayudan a detener los medicamentos desaconsejados para este rango de edad y añadir aquellos que por la evidencia disponible se hace necesario instaurar. 

    Conclusión

    El envejecimiento de la población junto con la mayor accesibilidad a los servicios de salud ha traído consigo un cambio exponencial en el perfil de pacientes que acuden a consulta. La Geriatría ha venido utilizando durante décadas una herramienta multidimensional e interdisciplinaria para evaluar al adulto mayor que ha permitido realizar un mejor abordaje preventivo, diagnóstico y terapéutico en este grupo etario, la Valoración Geriátrica Integral. De ser empleada por otros especialistas, se mejoraría la calidad en la atención al adulto mayor y se optimizarían los recursos sanitarios.

    Conflictos de interés: El autor declara que no tiene conflictos de interés financieros, profesionales ni personales que puedan influir en el contenido de este manuscrito.

    Referencias

    Organización Mundial de la Salud. (2025, 1 de octubre). Envejecimiento y salud. WHO. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ageing-and-health

    González-Montalvo, J. I., Ramírez-Martín, R., Menéndez Colino, R., Alarcón, T., Tarazona-Santabalbina, F. J., Martínez-Velilla, N., Vidán, M. T., Pi-Figueras Valls, M., Formiga, F., Rodríguez Couso, M., Hormigo Sánchez, A. I., Vilches-Moraga, A., Rodríguez-Pascual, C., Gutiérrez Rodríguez, J., Gómez-Pavón, J., Sáez López, P., Bermejo Boixareu, C., Serra Rexach, J. A., Martínez Peromingo, J., Sánchez Castellano, C., González Guerrero, J. L., & Martín-Sánchez, F. J. (2020). Geriatría transversal: Un reto asistencial para el siglo XXI. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 55(2), 84-97. https://doi.org/10.1016/j.regg.2019.10.011

    Varghese, D., Ishida, C., Patel, P., & Koya, H. H. (2024). Polypharmacy. In StatPearls. StatPearls Publishing. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK532953/

    Bellera, C. A., Rainfray, M., Mathoulin-Pélissier, S., Mertens, C., Delva, F., Fonck, M., & Soubeyran, P. (2012). Screening older cancer patients: First evaluation of the G-8 geriatric screening tool. Annals of Oncology, 23(8), 2166–2172. https://doi.org/10.1093/annonc/mdr587

    Charlson, M. E., Pompei, P., Ales, K. L., & MacKenzie, C. R. (1987). A new method of classifying prognostic comorbidity in longitudinal studies: Development and validation. Journal of Chronic Diseases, 40(5), 373–383. https://doi.org/10.1016/0021-9681(87)90171-8

    American Geriatrics Society Beers Criteria® Update Expert Panel. (2019). American Geriatrics Society 2019 updated AGS Beers Criteria® for potentially inappropriate medication use in older adults. Journal of the American Geriatrics Society, 67(4), 674–694. https://doi.org/10.1111/jgs.15767

    O'Mahony, D., O'Sullivan, D., Byrne, S., O´Connor, M. N., Ryan, C., & Gallagher, P. (2015). STOPP/START criteria for potentially inappropriate prescribing in older people: Version 2. Age and Ageing, 44(2), 213–218. https://doi.org/10.1093/ageing/afu145



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