Dado su alta carga de morbimortalidad en la población general, la inmunización contra neumococo ha sido una estrategia de salud pública necesaria para disminuir la incidencia de enfermedad neumocócica, a través de dos tipos de vacunas: la polisacárida (PPSV23) y la conjugada (PCV13) que por sus diferencias a nivel inmunogénico, deben ser usadas según las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
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