Son engendrados y traídos al mundo sin elegirlo. Lloran y abren sus ojos evidenciando que una nueva vida acaba de arribar. Su frágil cuerpo llega con ganas de luchar, sin imaginar que su vida ha sido marcada…para siempre.
Son engendrados y traídos al mundo sin elegirlo. Lloran y abren sus ojos evidenciando que una nueva vida acaba de arribar. Su frágil cuerpo llega con ganas de luchar, sin imaginar que su vida ha sido marcada…para siempre.
En sus meses de gestación, son alimentados por cocaína, heroína, marihuana, metadona, morfina, codeína, alcohol, entre otras sustancias. Estas drogas atraviesan la placenta y se acumulan en el feto dejando estragos.
La gestante, al consumir las drogas durante el embarazo le transmite al bebé de inmediato el ‘Síndrome de Abstinencia Neonatal’ también conocido por sus siglas en inglés NAS (‘Neonatal Abstinence Syndrome’). La utilización de estas drogas, usualmente ilícitas, por parte de la madre, trae como consecuencia que el neonato sea catalogado como adicto.
Más allá de una simple preocupación…
Cuando la mujer consume sustancias ilícitas durante el periodo gestante arriesga al neonato a padecer de un sinnúmero de complicaciones, como la Sífilis Congénita, Hepatitis B o C, o el contagio del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Por ende, al ser pacientes adictas, es probable que estas embarazadas no reciban un cuidado prenatal adecuado.