Aunque suelen confundirse, la tendinitis es un proceso inflamatorio agudo, mientras que la tendinosis es una degeneración crónica del tendón, mucho más común y con un abordaje terapéutico diferente.
Por: Katherine Ardila
La creencia popular sobre las lesiones tendinosas está siendo cuestionada por la evidencia científica. Mientras que tradicionalmente se ha atribuido el dolor tendinoso a la tendinitis (inflamación del tendón), los estudios revelan que en la mayoría de casos se trata realmente de tendinosis, una condición degenerativa que requiere un enfoque terapéutico completamente diferente.
Esta distinción no es semántica sino clínica, con implicaciones directas en el tratamiento y tiempo de recuperación de los pacientes.
El error diagnóstico entre la tendinitis y la tendinosisLo que durante años hemos llamado tendinitis en realidad suele ser tendinosis en la mayoría de casos.
La tendinitis es la inflamación del tendón y se produce por microdesgarros que se presentan cuando la unidad musculotendinosa sufre una sobrecarga aguda con una fuerza de tensión excesiva o repentina.
En contraste, la tendinosis, es degeneración crónica del colágeno por sobreuso repetitivo, sin darle tiempo al tendón para sanar y descansar. Incluso movimientos pequeños, como hacer clic con el ratón, pueden causar tendinosis si se realizan repetidamente.
Ejemplos paradigmáticos como el "codo de tenista" demuestran esta confusión. Estudios histológicos han revelado que estas lesiones muestran degeneración del tejido sin signos de inflamación, lo que las clasifica claramente como tendinosis.
Sin embargo, el término "tendinitis" sigue usándose incorrectamente en muchos diagnósticos clínicos.
¿Por qué ocurre la degeneración tendinosa?El análisis microscópico del tejido afectado por tendinosis revela cambios estructurales alarmantes:
- Sustitución de colágeno maduro por fibras inmaduras
- Pérdida de alineación de las fibras de colágeno
- Aumento patológico de vascularización no funcional
- Cambios en la sustancia fundamental del tendón
Estas alteraciones explican por qué los tendones afectados pierden hasta el 50% de su resistencia normal, volviéndose más susceptibles a lesiones. Lo más preocupante es que estos cambios degenerativos pueden ocurrir por movimientos aparentemente inofensivos pero repetitivos, como el uso constante del ratón de computadora.
Tratamientos: por qué los antiinflamatorios pueden empeorar el problemaEl enfoque terapéutico para la tendinosis difiere radicalmente del usado en tendinitis: Mientras la inflamación aguda responde bien a antiinflamatorios, estos medicamentos están contraindicados en casos de tendinosis crónica.
Estudios demuestran que los AINEs como el ibuprofeno pueden inhibir la reparación del colágeno, mientras que las inyecciones de corticoesteroides aumentan el riesgo de ruptura tendinosa.
El protocolo para tendinosis se centra en:
- Estimular la regeneración del colágeno sano
- Corregir la vascularización anormal
- Restablecer la alineación de las fibras
- Recuperar la resistencia mecánica del tendón
RecuperaciónLos tiempos de curación varían entre ambas condiciones. Mientras la tendinitis puede resolverse en semanas, la tendinosis crónica puede requerir hasta 9 meses de tratamiento continuado.
Este prolongado periodo se debe al lento proceso de regeneración del colágeno, que puede tardar más de 100 días en renovarse completamente.
Terapias como el fortalecimiento excéntrico, aplicado de forma consistente durante 12 semanas, han demostrado especial eficacia. No se trata de un tratamiento rápido, sino de un proceso de reconstrucción tisular que requiere paciencia y disciplina.
Prevención y manejo a largo plazo
La clave para evitar recaídas está en modificar los factores que causaron la lesión inicial. Los expertos recomiendan:
- Ajustes ergonómicos en el lugar de trabajo
- Pausas activas durante actividades repetitivas
- Uso adecuado de soportes y férulas
- Programa de mantenimiento con ejercicios específicos
Aunque es poco probable que el daño celular se revierta por completo, los tratamientos disponibles y las medidas de autocuidado pueden fortalecer el tendón al interrumpir el ciclo de la lesión, favorecer la formación de colágeno sano, corregir los cambios vasculares perjudiciales y reducir el exceso de sustancia fundamental.
Con un abordaje adecuado, la tendinosis puede mejorar de forma significativa: el dolor disminuye o desaparece, la amplitud de movimiento se recupera, la fuerza aumenta y el paciente logra retomar sus actividades cotidianas sin molestias.
No obstante, la tendinosis conlleva cambios estructurales que hacen que el tendón permanezca vulnerable a nuevas lesiones. Por ello, incluso tras superar la fase inicial del tratamiento, resulta fundamental mantener hábitos de cuidado como masajes, estiramientos, fortalecimiento progresivo y un calentamiento adecuado antes de la actividad física o laboral.
Estas medidas ayudan a prevenir recaídas y a conservar la mayor salud posible del tejido tendinoso.