La práctica rutinaria de realizar radiografías de manos y pies en pacientes con sospecha de artritis reumatoide está siendo reevaluada debido a su limitada utilidad diagnóstica y pronóstica en etapas tempranas de la enfermedad.
Por: Katherine Ardila
La práctica común de realizar radiografías de manos y pies de manera rutinaria en pacientes con sospecha de artritis reumatoide está siendo reevaluada por la comunidad médica.
Tradicionalmente, estas radiografías se han utilizado para documentar cambios erosivos, considerados como marcadores diagnósticos y pronósticos clave de la enfermedad. Sin embargo, estudios recientes sugieren que la utilidad de estas radiografías puede ser limitada, especialmente en las etapas iniciales de la artritis reumatoide.
Si se detecta en etapas tempranas, no se encontrarían cambios erosivos en las radiografías
En 2017, un estudio observacional llevado a cabo en una clínica de artritis temprana en Noruega incluyó a pacientes con artritis de menos de 16 semanas de duración. Los resultados mostraron que, aunque el 41.5% de los pacientes cumplía con la definición clínica de artritis reumatoide, solo el 40.8% presentó una o más erosiones en sus radiografías.
Lo más revelador fue que solo el 5.2% de los pacientes cumplió exclusivamente con la definición de artritis reumatoide debido a la presencia de una erosión.
Un estudio más reciente en los Países Bajos, que analizó una cohorte de 710 pacientes con artritis temprana, encontró que solo el 1.8% de los pacientes presentaba erosiones óseas en la evaluación inicial. Este dato es significativo porque indica que, a medida que la artritis reumatoide se detecta en etapas más tempranas, es menos probable que se encuentren cambios erosivos en las radiografías iniciales.
Para evaluar más a fondo la prevalencia de erosiones óseas y su valor diagnóstico y pronóstico, un grupo de investigadores en los Países Bajos realizó un análisis exhaustivo de una cohorte de pacientes con artritis de reciente inicio y sospecha de artritis reumatoide. Los pacientes incluidos en el estudio debían tener determinaciones de factor reumatoide o anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados recientes, así como radiografías de manos y pies.
La prevalencia de erosiones es baja en pacientes con sospecha de artritis reumatoide, según estudioEl estudio, que se llevó a cabo entre 2016 y 2019, incluyó a 724 pacientes con sospecha de artritis reumatoide. De estos, se confirmó el diagnóstico en 299 pacientes (41.3%). La sensibilidad y especificidad de los criterios de clasificación de artritis reumatoide de 2010 fueron del 80.3% y 96.4%, respectivamente. Se detectaron erosiones en 107 de los 724 pacientes (14.8%) en la revisión inicial por un radiólogo, pero solo 32 pacientes (4.4%) tenían erosiones compatibles con artritis reumatoide tras la revisión por un reumatólogo especializado. Además, de estos 32 pacientes, un 34.4% eran seronegativos y un 31% no presentaban elevación de marcadores de fase aguda.
Estos resultados subrayan que la prevalencia de erosiones es baja en pacientes con sospecha de artritis reumatoide y que en muy pocos casos estas erosiones cambian el diagnóstico o pronóstico. En particular, los pacientes seronegativos y aquellos sin elevación de reactantes de fase aguda mostraron una prevalencia significativamente menor de erosiones.
Los expertos opinan:
La Dra. Franchesca Cruz, reumatóloga con práctica en Aguadilla, comentó sobre estos hallazgos: "La solicitud de radiografías de manos y pies en pacientes con sospecha de artritis reumatoide es una práctica arraigada más por tradición que por evidencia robusta. Este estudio nos invita a ser más juiciosos con las radiografías que solicitamos y a cuestionar otras prácticas realizadas por inercia, enfocándonos en aquellas que realmente aportan información útil para la atención de nuestros pacientes".
Además de la baja prevalencia de erosiones que afectan el diagnóstico, el estudio encontró que en los subgrupos específicos, como pacientes seronegativos y aquellos sin elevación de marcadores de fase aguda, las radiografías tuvieron un impacto aún menor en el diagnóstico y pronóstico. La prevalencia de erosiones que cambiaron el diagnóstico o pronóstico fue insignificante, lo que sugiere que el uso rutinario de radiografías en estos casos específicos no es necesario.
Los autores del estudio concluyeron que no existe una necesidad clara de recomendar la realización de radiografías de manera rutinaria en pacientes con sospecha de artritis reumatoide, especialmente cuando se sospechan diagnósticos alternativos o cuando no hay indicaciones específicas para las radiografías.
Comentaron que este estudio no investigó el rendimiento de las radiografías en estos escenarios, por lo que los resultados no pueden generalizarse a todos los casos de artritis.
Como conclusión, mientras que las radiografías continúan siendo una herramienta útil en la evaluación inicial de algunos pacientes con artritis reumatoide, su uso rutinario debe ser reevaluado a la luz de la evidencia reciente.
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