El trauma y la curación son dos pilares intrínsecos en la trama de "Encanto", sugieren expertos.
Por: María Camila Sánchez
Aunque las pegajosas canciones de "Encanto" encabezan las listas de éxitos, la más reciente película de animación de Disney está recibiendo elogios de terapeutas por otra razón: la forma en que la película retrata el trauma y la curación.
"Creo que tendrá un gran impacto en la sociedad. ... La gente está viendo esta película y se está dando cuenta de que se ve a sí misma en ella", dijo una terapeuta a la cadena CNNE.
Mirabel: La curandera que intenta mantener a su familia entera
Al principio de "Encanto", Mirabel nos presenta a la familia Madrigal, describiendo alegremente el "don" o poder mágico de cada uno. Más tarde nos enteramos de que la magia y la casa encantada de la familia tienen un lado más oscuro, originado en un momento traumático después de que la familia se viera obligada a huir de su casa, atravesar el desierto y cruzar un río en busca de seguridad.
Mirabel es el único miembro de la familia Madrigal que no recibe un don. Pero al final, su poder está en ver a los miembros de su familia tal y como son y hacer todo lo posible para mantenerlos unidos.
"Mirabel era en verdad el pegamento de la familia, pero nadie lo veía realmente", dice Adelakun.
Y no es casualidad que su personaje sea alguien con el que muchos pueden identificarse, dice Mara Sammartino, terapeuta en Fairfield, California.
"Nuestros padres vienen aquí huyendo de la guerra, la pobreza, la violencia. Vienen aquí, establecen una vida, y luego nacemos en esta dualidad, y no se nos ve en una, y no se nos ve en la otra. Creo que por eso el personaje de Mirabel resuena", dice Sammartino, cuyos padres llegaron a Estados Unidos desde Nicaragua. "Ella forma parte de esa dualidad. Es la única que está en contacto con la comunidad. ... Es la única que (sale de casa) y sale, habla con la gente. Luego vuelve a casa y la ponen en su sitio y le dicen: 'en realidad no tienes nada que aportar'".
Jenny Lemus, psicoterapeuta en Chicago, dice que escuchó los sentimientos que muchos de sus clientes han expresado durante años en la canción de Mirabel, "Waiting on a Miracle".
"Intenta comunicarse con su abuela: 'Mira, esto es lo que estoy viviendo. Quiero que me vean'. Muchas veces, las generaciones más jóvenes, lo que he visto a lo largo de los años, quieren ser vistas (por sus familias), quieren el reconocimiento al menos, y no lo están consiguiendo", dice Lemus.
Isabela: La perfeccionista que siente que no puede fallar
A primera vista, parece que Isabela lo tiene todo; es capaz de hacer flores de la nada y agita su larga melena como si no tuviera ninguna preocupación. Pero su canción revela lo limitante que puede ser el perfeccionismo.
Adelakun, cuyos padres llegaron a Estados Unidos desde Trinidad y Tobago, dice que el mensaje es comprensible para muchos hijos de inmigrantes, incluida ella.
"En mi familia, una de las cosas principales es no defraudarlos... especialmente cuando sabes que han hecho sacrificios para venir a este país, para enviarte a buenas escuelas, para vivir en ciertos barrios, simplemente la importancia de no defraudar a tu familia y tratar de estar a la altura de sus expectativas", dice.
Los hijos de primera generación "reciben constantemente el mensaje de que tenemos que ser más", dice Lemus, cuyos padres emigraron a Estados Unidos desde Guatemala. Y esas presiones, dice, pueden pasar factura.
"Hay mucha rabia. A veces no sabemos de dónde viene el enojo. ¿Por qué me siento tan enojada con mis padres o mis abuelos? ¿Qué está pasando? Eso se ve mucho con los latinos de primera generación, mucho resentimiento que se acumula por esa presión que no se dice dentro de la dinámica familiar", dice Lemus.
"'Encanto' tenía una manera tan hermosa de retratar eso de manera sutil. ... Los que vimos la película y nos identificamos con ella, captamos el mensaje. Nos identificamos mucho con ella. Y creo que por eso ha tenido tanto éxito".
Luisa: La hermana que lleva el peso de su familia sobre los hombros
Luisa, de grandes músculos, está acostumbrada a cargar con todo lo que su familia necesita que maneje. Y su canción en la que confiesa que está a punto de quebrarse bajo el peso de todo ello está resonando con mucha gente.
"Describe perfectamente lo que es la ansiedad", dice Lemus, cuyos pacientes son predominantemente latinos de primera generación.
"Muchos clientes se identifican con Luisa, que está experimentando la presión de... llevar la carga de sus hermanos menores... tener esa presión (de) proteger a los hermanos menores de sus propias experiencias. Es revelador, y me alegro mucho de tener clientes que son muy perspicaces y pueden identificarse con eso".
Ver la lucha de Luisa representada en la pantalla puede ayudar a quienes se enfrentan a dificultades similares a entender y describir mejor su propia situación, dice Sammartino.
"Creo que 'Encanto' da un poco de espacio a algunos clientes. Pueden decir: 'Oh, bueno, mira a Luisa'. No van a decir: 'Bueno, esa soy yo'. Dicen: 'Luisa experimenta eso. Lo siento por Luisa'".
Bruno: El secreto familiar que no se dice
Cuando se trata de Bruno, que es condenado al ostracismo por su familia y acaba escondiéndose en las paredes de la casa de los Madrigal para poder estar cerca pero no tener que enfrentarse a ellos, hay mucho que hablar.
El don de Bruno es ver el futuro, y los miembros de su familia le culpan cuando las profecías se hacen realidad. Algunos de sus gestos hicieron que se especule sobre otros posibles diagnósticos para el personaje, que es el centro de la canción más popular de la película.
"Piensa de forma diferente. Ve las cosas de forma diferente", dice Adelakun. "Tenemos miembros de la familia que también son neurodivergentes o tienen problemas de salud mental, y como son diferentes, se les rechaza o no se habla de ellos".
Los secretos familiares, como las historias que salen a la luz cuando se habla de Bruno en la película, son una muestra común del trauma intergeneracional con el que lidian muchas familias de primera generación, dice Lemus.
"No hablamos de sentimientos. No hablamos de emociones. No hablamos del trauma. Es tan tabú sacarlo a relucir, y es incómodo incluso expresarnos", dice Lemus, que afirma que intenta trabajar con los pacientes para ayudarlos a aprender a comunicar mejor esos sentimientos.
Pero también, dice, "sin la expectativa de que se va a tomar de la manera que esperamos. Porque... no sabemos cómo se van a tomar nuestros padres o abuelos esas duras conversaciones... De generación en generación, si no aprendiste a expresar tus emociones, no vas a saber cómo comunicarte de forma saludable".
Abuela: La matriarca que transmite su trauma
La protección de su familia y de su casa encantada es la principal prioridad de Abuela. Está obsesionada con mantener sus poderes mágicos y no se da cuenta de cómo sus experiencias como madre joven, huyendo de su casa y perdiendo a su marido, la han formado a ella y a su familia. Solo cuando la casa se desmorona y casi lo pierde todo, se da cuenta de su papel en la fractura de la familia.
Para Sammartino, es un ejemplo perfecto para señalar cuando intenta ayudar a sus clientes a empatizar con sus mayores.
"Mi forma de tratar de apoyar a mis clientes es desarrollar realmente una lente de empatía para sus padres y el trauma que experimentaron", dice Sammartino. "Como Abuela en la película, su marido fue asesinado delante de ella. ¿Por qué no iba a ser sobreprotectora?".
Es una ilustración clásica del trauma intergeneracional, dice Adelakun, y algo que probablemente resonará cada vez más a medida que la película obtenga una mayor audiencia.
"A medida que más gente vea esta película, o que más gente hable de ella, creo que probablemente habrá más personas que se den cuenta de que han reprimido estas cosas. Me pregunto a cuántas personas veremos decir: 'No me di cuenta, o lo olvidé, pero yo también tuve esas mismas experiencias', o 'No me di cuenta de que estaba haciendo eso a mis familiares'. Abuela no se dio cuenta de que estaba haciendo todo esto para dañar a su familia", dice Adelakun.
En la película, Abuela se disculpa cuando se da cuenta del daño que ha causado.
Pero Lemus advierte que hay algo que es importante recordar.
En la vida real, dice, los finales estilo Disney no son lo más habitual.
"No vemos ese desenlace a menudo. Cuando lo vemos, cuando vemos a los Mirabel del mundo haciendo cambios para su familia y para ellos mismos, es muy bonito", dice. "También es hermoso cuando hacen el trabajo y cuando se dan cuenta de que necesitan establecer límites en sus familias".
A veces, las familias se distancian en lugar de unirse con un entendimiento compartido. Es un resultado triste, dice Lemus, pero no impide que los individuos acepten el trauma y den un comienzo saludable a las futuras generaciones.
Incluso sin un final Disney, dice, es posible sanar.
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