Investigadores de la Universidad de Pensilvania han creado organoides a partir de tumores de pacientes con glioblastoma (GBM) para modelar en tiempo real la respuesta a la terapia con células CAR-T.
Por: Laura Guio
La investigación reciente de un equipo de científicos de la Universidad de Pensilvania ha mostrado cómo los organoides creados a partir de tumores de pacientes con glioblastoma (GBM) pueden ser una herramienta revolucionaria para modelar y personalizar el tratamiento de este tipo de cáncer cerebral agresivo.
Publicado en la revista Cell Stem Cell, el estudio resalta la importancia de estos organoides como modelos precisos que replican no sólo las células cancerosas, sino también el entorno microambiental del tumor en el cerebro de los pacientes.
Un modelo más preciso para los tratamientos contra el glioblastoma
El glioblastoma es un cáncer extremadamente difícil de tratar debido a su complejidad, que involucra varios tipos de células, incluidos las células tumorales, inmunitarias, y estructuras vasculares.
En este estudio, los investigadores, liderados por el Dr. Hongjun Song, profesor de neurociencia de la Universidad de Pensilvania, crearon organoides a partir de tumores extraídos de seis pacientes con glioblastoma recurrente.
Estos organoides no solo reflejan la biología del tumor, sino también las características del "microambiente" en el que crece, lo cual ha sido un desafío para los modelos preexistentes.
Terapia con células CAR-T: un paso hacia la medicina personalizada
Uno de los avances más significativos en el tratamiento del glioblastoma es la terapia con células CAR-T, que implica modificar las células T del sistema inmunológico para que reconozcan y ataquen las células cancerosas.
Sin embargo, la respuesta de los pacientes a este tratamiento puede ser difícil de predecir. Los organoides, sin embargo, proporcionaron una forma de modelar esta respuesta antes de iniciar el tratamiento en los pacientes.
En este estudio, los organoides cultivados respondieron de manera similar a los tumores reales de los pacientes, lo que permitió a los investigadores observar cómo las células CAR-T destruyen las células cancerosas en el laboratorio. Este modelo podría ser una herramienta crucial para la personalización del tratamiento y la determinación de las dosis más eficaces de terapia celular.
Monitoreo de la neurotoxicidad: una preocupación común
La neurotoxicidad, un efecto secundario frecuente de la terapia CAR-T, puede provocar alteraciones en el sistema nervioso central. Los investigadores utilizaron los organoides para estudiar la presencia de citocinas inmunitarias, un marcador clave de la toxicidad.
Los resultados mostraron que los organoides y los pacientes tenían niveles similares de estas citocinas, lo que sugiere que este modelo podría ayudar a los médicos a ajustar las dosis de las células CAR-T para minimizar los riesgos de neurotoxicidad.
Hacia una nueva era en la medicina personalizada
El Dr. Donald M. O'Rourke, director del Centro de Excelencia Traslacional de Glioblastoma en el Centro Oncológico Abramson, concluyó que estos organoides ofrecen una forma precisa de comprender cómo el glioblastoma responde a los tratamientos.
Según los investigadores, la clave es utilizar los organoides para no solo personalizar el tratamiento para cada paciente, sino también para comprender mejor las complejidades de este tipo de cáncer y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.
Este innovador modelo de organoides podría transformar el tratamiento del glioblastoma, permitiendo a los médicos y científicos avanzar hacia terapias más personalizadas y efectivas, que quizás en el futuro podrían salvar vidas y ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes afectados por este cáncer devastador.
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