Un equipo de científicos ha desentrañado una nueva comprensión sobre la anatomía "elegante" y "resiliente" de la médula ósea y el esqueleto en momentos de "tensión".
Por: Katherine Ardila
La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos. Su función principal es producir células sanguíneas, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
¿Cómo responde la médula ósea a tensiones?Publicado en la prestigiosa revista científica 'Nature', el estudio revela cómo el esqueleto responde a tensiones como infecciones o pérdida de sangre, ofreciendo valiosas perspectivas para el tratamiento de diversas condiciones de salud. Dirigida por los coautores Qingqing Wu y Jizhou Zhang, junto al autor correspondiente Daniel Lucas, todos de la División de Hematología Experimental y Biología del Cáncer del Cincinnati Children's, esta investigación contó con la colaboración de 23 investigadores de cinco instituciones.
El estudio ha encontrado que la médula ósea responde de forma diferente a las tensiones, dependiendo del tipo de lesión. Por ejemplo, la médula ósea responde a la pérdida de sangre aumentando la producción de glóbulos rojos y a las infecciones aumentando la producción de glóbulos blancos.
Esqueleto y su respuesta ante estrés varía dependiendo del hueso"Sorprendentemente, descubrimos que la respuesta a las agresiones hematopoyéticas varía según el esqueleto. Especulamos que ciertos huesos se han especializado para responder preferentemente a algunos insultos, y este será el foco de futuros estudios", afirman los coautores y explican que "Por ejemplo, nuestros datos muestran que las biopsias que extraen médula de un solo tipo de hueso pueden no proporcionar una imagen completa de cómo el sistema de producción de sangre se ha visto afectado por una enfermedad u otra agresión".
Impactos de los nuevos hallazgos
Entre los hallazgos clave, el estudio introduce nuevas herramientas para visualizar la producción de sangre dentro del hueso, lo que permite definir la anatomía fundamental de la formación de las células sanguíneas. Además, se demostró que la ubicación del hueso es crucial, incluso durante la producción normal de células sanguíneas.
De hecho, el equipo descubrió que diferentes tipos de células progenitoras se mueven a través de diversos microambientes a medida que maduran, lo que influye significativamente en los tipos de células sanguíneas maduras que se producen en todo el cuerpo. Estos hallazgos podrían tener importantes implicaciones en la producción de glóbulos rojos para el transporte de oxígeno, así como en la generación de glóbulos blancos para combatir infecciones, entre otros.
También se detectaron discrepancias inesperadas en las reacciones ante el estrés. Los científicos evaluaron las respuestas del sistema a tres tipos distintos de estrés agudo: la pérdida de sangre, la infección por L. monocytogenes y el tratamiento con factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF), comúnmente utilizado para incrementar la producción de glóbulos blancos después de la quimioterapia. Asimismo, investigaron cómo el proceso variaba con el envejecimiento.
Este estudio proporciona una visión fascinante sobre cómo el esqueleto responde a diversas tensiones, allanando el camino para futuras investigaciones y posibles avances en el tratamiento de enfermedades relacionadas con la sangre y más allá.
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