Nuestros hallazgos encajan con esa imagen emergente en la enfermedad metastásica, indicaron los especialistas.
Por: Pedro Felipe Cuellar
"Agregar inmunoterapia al mismo tiempo que la quimiorradiación neoadyuvante es prometedor para mejorar los resultados de algunos pacientes con esta enfermedad y aumentar potencialmente las tasas de curación", sostiene el Dr. Harry Yoon de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. "Pero estos hallazgos deben probarse y confirmarse en cohortes independientes".
Según la información en Clinical Cancer Research, el Dr. Yoon y sus colegas inscribieron a 31 pacientes (mediana de edad, 62; 97 %, hombres; 100 % blancos) con adenocarcinoma de la unión gastroesofágica (cT1-3NanyM0) en un ensayo de fase 1b/2.
Los participantes recibieron quimiorradiación neoadyuvante que contenía pembrolizumab (régimen CROSS) seguida de resección quirúrgica y pembrolizumab adyuvante.
"La mayoría de los datos indican que la PD-L1, aunque no es perfecta, es un predictor importante de la eficacia", afirma el Dr. Harry Yoon, y continúa diciendo "entonces, nuestros hallazgos encajan con esa imagen emergente en la enfermedad metastásica y, junto con otros estudios recientes, sugieren que PD-L1 podría ser relevante en la enfermedad no metastásica".
Los criterios de valoración primarios fueron la tolerabilidad en los primeros 16 pacientes y la respuesta patológica completa (pCR).
Los criterios de valoración secundarios incluyeron la supervivencia libre de progresión (PFS) y la supervivencia general (OS).
Veintinueve pacientes recibieron todas las dosis esperadas de pembrolizumab neoadyuvante y 28 se sometieron a resección R0. Se cumplieron los criterios de valoración de seguridad.
Sin embargo, no se cumplió el criterio principal de valoración de la eficacia; solo el 22,6% de los pacientes lograron PCR. Un análisis posterior mostró que los pacientes con una expresión inicial alta de PD-L1 (es decir, una puntuación positiva combinada de 10 o más) en el microambiente tumoral (TME) tenían una tasa de PCR significativamente más alta que aquellos con una expresión baja (50 % frente a 13,6 %).
Aquellos con una expresión alta de PD-L1 también experimentaron una SLP y una SG más prolongada que los pacientes emparejados por puntaje de propensión.
Entre los pacientes del ensayo con una puntuación positiva combinada de PD-L1 <10, un análisis no especificado exploró si las vesículas extracelulares (EV) podían identificar a más respondedores y determinó que un nivel plasmático elevado de EV que expresan PD-L1 se asoció significativamente con una pCR más alta.
Los autores concluyen que "agregar pembrolizumab a la terapia trimodal mostró una tolerabilidad aceptable, pero no cumplió con el criterio de valoración pCR pre especificado. Los análisis exploratorios sugirieron que la expresión alta de PD-L1 en el TME y/o en los EV puede identificar a los pacientes con mayor probabilidad de lograr una respuesta tumoral".
El Dr. Joseph Chao, especialista en cáncer gástrico y esofágico de City of Hope en Duarte, California, afirma que prometedor, "los resultados siguen generando hipótesis, ya que se trataba de un ensayo no aleatorizado de fase 2, y la asociación de los resultados clínicos en relación con el estado de PD-L1 del tumor de los pacientes fue exploratoria. El criterio principal de valoración de mejorar la pCR en pacientes no seleccionados de PD-L1 no se cumplió".
Dr. Yoon, por su parte, señaló: "Este enfoque aún no debe aplicarse en la práctica clínica habitual, pero respalda los estudios aleatorios futuros y en curso que incorporan la adición de pembrolizumab junto con la quimiorradioterapia. La evaluación del estado de PD-L1 en las vesículas extracelulares circulantes es también es un biomarcador prometedor que debe estudiarse en futuros ensayos más amplios".