Polineuropatía: dolor agudo, hormigueo, falta de equilibrio, sudoración y otros signos de daño en nervios

Es una de las enfermedades más comunes del sistema nervioso periférico que causa disminución en la capacidad para moverse y sentir.

Por: Laura Alejandra Álvarez


La polineuropatía es una enfermedad que afecta a múltiples nervios en el cuerpo humano. Se caracteriza por la degeneración progresiva de los nervios periféricos, que son los encargados de transmitir las señales entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo.

Existen diversos factores que contribuyen al diagnóstico temprano, esto puede mejorar significativamente las posibilidades de un tratamiento exitoso, reducir la probabilidad de complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. 

Síntomas de la polineuropatía

Esta condición puede manifestarse a través de la pérdida de la sensibilidad en cualquier zona del cuerpo, dificultad para tragar o respirar, utilizar los brazos, las manos, las piernas, los pies que afectan la marcha.

También se puede presentar dolor, ardor, hormigueo, sensibilidad anormal, debilidad en cualquier zona del cuerpo, caídas ocasionales debido a la falta de equilibrio, intolerancia al calor, hiperhidrosis o no poder sudar, problemas intestinales, vesicales o digestivos y reducción de la presión arterial que provoca mareos o desvanecimiento.

Posibles causas

Sin duda, hay una gran variedad de causas que permiten el desarrollo de esta patología. Entre estas: 

 Diabetes.

 Inflamación crónica de los nervios. 

 Síndrome de Guillain-Barré.

 Neuropatías hereditarias.

 Hipotiroidismo.

 Amiloidosis.

 Trastornos autoinmunes, como el síndrome Sjörgren.

 Cáncer.

 Algunos fármacos de quimioterapia. 

 Infecciones, como VIH/SIDA, virus del Zika.

 Enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson.

 Consumo excesivo de alcohol.

 Deficiencia de vitamina B1, B12 y E.

Factores que contribuyen al diagnóstico temprano

Una evaluación clínica completa que incluye una historia médica detallada y un examen físico. Además, se pueden realizar pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y orina, para detectar posibles causas subyacentes de la afección. Las pruebas de neuroconducción, como la electromiografía y la velocidad de conducción nerviosa, también pueden ser útiles para evaluar la función nerviosa y determinar la gravedad de la polineuropatía.

Tratamiento de la Polineuropatía

Dependerá de las causas subyacentes de la afección. En algunos casos, la neuropatía puede ser reversible si se trata la causa subyacente. Por ejemplo, si la neuropatía se debe a una deficiencia de vitamina B12, los suplementos de esta vitamina pueden ayudar a mejorar los síntomas. 

Otros tratamientos pueden incluir medicamentos para reducir el dolor, fisioterapia para mejorar la fuerza muscular y la movilidad, y dispositivos de asistencia para ayudar con la movilidad, como sillas de ruedas o andadores. Es importante trabajar en estrecha colaboración con un médico para desarrollar un plan de tratamiento personalizado y adaptado a las necesidades individuales del paciente. 

En algunos casos, la neuropatía puede ser irreversible y los tratamientos pueden centrarse en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones futuras.

Complicaciones asociadas con la Polineuropatía 

Puede aumentar el riesgo de caídas y lesiones, lo que puede ser especialmente peligroso para las personas mayores. Es importante prevenir y tratar la Polineuropatía para evitar estas complicaciones y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Si bien el tratamiento temprano puede ayudar a minimizar los efectos, también es importante comprender las causas subyacentes de la enfermedad y tomar medidas preventivas para evitar su desarrollo.

Prevención 

Para prevenir su desarrollo, es importante llevar un estilo de vida saludable, mantener un peso adecuado y evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco. Además, es fundamental controlar las enfermedades crónicas que pueden contribuir a su aparición, como la diabetes y la enfermedad renal crónica. 

También se recomienda llevar a cabo un seguimiento médico regular y realizar pruebas de detección de la enfermedad si se presentan síntomas o factores de riesgo. En caso de que ya se haya desarrollado la Polineuropatía, es importante seguir las recomendaciones de tratamiento y cuidados especializados para minimizar sus efectos y prevenir complicaciones futuras. 

Fuentes de consulta aquí, aquí y aquí.



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