Estudio sugiere que niveles elevados de metales en la orina, como arsénico, cadmio y plomo, están asociados con un rendimiento cognitivo deficiente y un mayor riesgo de demencia.
Por: Laura Guio
La investigación realizada en Estados Unidos, ha encontrado una correlación significativa entre los niveles elevados de metales ambientales en la orina y el deterioro cognitivo.
El estudio se llevó a cabo entre 2000 y 2002 y se extendió hasta 2018, incluyó a 6303 participantes, con una media de edad de 60 años.
Durante el seguimiento, se identificaron 559 casos de demencia, lo que permitió a los investigadores establecer una relación entre la exposición a metales y el riesgo de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.
Hallazgos de la investigación: Metales y factores genéticos
Entre los metales estudiados no solo se encontraba arsénico y plomo, sino también cadmio, cobalto, cobre, manganeso, tungsteno, uranio y zinc.
Por ejemplo, el plomo, uno de los metales más comunes que ingerimos, es un neurotóxico que causa daño cerebral al generar estrés oxidativo, alterar el equilibrio de metales esenciales y provocar inflamación neuronal.
Esto puede dañar las neuronas, las células de soporte cerebral y alterar la función mitocondrial, lo que puede tener efectos duraderos, especialmente con la exposición temprana.
El análisis reveló que la concentración elevada de estos metales en la orina se asociaba con un rendimiento cognitivo más bajo en diversas pruebas neuropsicológicas, como la codificación de símbolos y las pruebas de memoria de dígitos.
Así mismo, un hallazgo crucial del estudio fue que los portadores del alelo APOE4, un gen asociado con un mayor riesgo de alzhéimer, presentaron efectos más pronunciados en su rendimiento cognitivo en relación con la exposición a ciertos metales, como cobalto, uranio y zinc. Este descubrimiento, según los investigadores, beneficia las posibles intervenciones personalizadas basadas en los perfiles genéticos de los individuos.
La acumulación de metales es un riesgo creciente para la demencia
Los resultados también mostraron que los individuos con niveles más altos de una mezcla de nueve metales experimentaron un riesgo 71% mayor de desarrollar demencia en comparación con aquellos con niveles más bajos.
Este riesgo fue aún más pronunciado entre los portadores del gen APOE4, sugiriendo que la combinación de exposición ambiental y factores genéticos podría ser clave para la prevención de la enfermedad.
Dado que los niveles de metales en el cuerpo son modificables, estos hallazgos podrían ser utilizados para mejorar la detección temprana y las intervenciones preventivas contra la demencia, a medida que la exposición a metales es evitable en muchos casos.
Sin embargo, cabe resaltar que el estudio presenta algunas limitaciones, como la posible omisión de casos de demencia no hospitalizados o no incluidos en el seguimiento, y el tamaño de la muestra fue insuficiente para evaluar adecuadamente la relación entre la exposición a metales y las puntuaciones cognitivas en portadores de dos alelos APOE4.
¿Cómo reducir los metales en la orina?
Para reducir los niveles de metales en la orina y el riesgo de enfermedades como la demencia, es importante evitar la exposición a metales pesados, como productos contaminados, agua no filtrada y humo de tabaco.
Una dieta rica en antioxidantes, fibra, calcio y zinc, junto con una hidratación adecuada, ayuda a eliminar estos metales. Además, suplementos como el ácido alfa-lipoico o la chlorella pueden ser útiles, siempre bajo supervisión médica.