Estudios científicos revelan que este ingrediente milenario contiene compuestos con propiedades antimicrobianas, antitumorales y reguladoras del azúcar en sangre.
Por: Laura Guio
El lúpulo (Humulus lupulus), esa planta de la familia del cáñamo que le da a la cerveza su característico sabor amargo y aroma floral, se ha convertido en objeto de intensa investigación médica.
Decenas de estudios de laboratorio y en animales, junto con algunos ensayos preliminares en humanos, sugieren que los compuestos presentes en esta planta milenaria poseen propiedades antimicrobianas, antitumorales, antiinflamatorias y reguladoras del azúcar en sangre.
La historia de una planta que cambió la cerveza
La relación entre el lúpulo y la cerveza no es nueva. Hace aproximadamente mil años, durante el Imperio Romano, ya se utilizaba esta planta para evitar que la cerveza se echara a perder. Su sabor amargo, derivado de los ácidos que se liberan durante la ebullición, equilibra perfectamente la dulzura natural de los granos fermentados.
"Todo lo que gusta en la cerveza procede del lúpulo", afirma Corina-Aurelia Zugravu, médica e investigadora de la Universidad de Medicina y Farmacia Carol Davila de Bucarest, quien ha estudiado extensamente el potencial terapéutico de esta planta.
El xantohumol: La estrella antioxidanteEl secreto del lúpulo reside en los miles de antioxidantes que se encuentran naturalmente en el cono de la planta hembra. Estos compuestos, que representan aproximadamente el 14% de la planta, incluyen ácidos amargos y polifenoles que no solo dan sabor y aroma a la cerveza, sino que también protegen las células del daño y regulan la inflamación.
Entre todos estos compuestos, uno destaca especialmente: el xantohumol, un potente antioxidante que solo se encuentra en el lúpulo. "En lo que respecta a la cerveza y la salud, el lúpulo es la estrella del espectáculo", señala Glen Fox, profesor de ciencias cerveceras de la Universidad de California en Davis.
Prometedores resultados en laboratorioLos estudios en animales han mostrado resultados alentadores. Cuando se administró xantohumol a ratas obesas junto con su alimentación regular, se observó una reducción en los niveles de glucosa en sangre.
Sumado a eso, este compuesto logró prevenir el aumento de triglicéridos no saludables y el incremento de peso en ratas con dietas altas en grasas.
Pero quizás los resultados más llamativos se han observado en la investigación oncológica. El xantohumol ha demostrado afectar células cancerosas de pulmón, colon, tiroides y ovario, provocando que estas células se "suiciden" o impidiendo que se repliquen y hagan metástasis.
Primeros ensayos en humanos muestran potencialAunque la mayor parte de la investigación se ha limitado a células de laboratorio y animales, los pocos estudios en humanos han sido prometedores.
En Japón, un ensayo con 90 personas prediabéticas mostró que quienes tomaron suplementos de ácidos amargos del lúpulo durante tres meses redujeron significativamente sus niveles de glucosa en sangre, mientras que el grupo placebo se mantuvo estable.
Durante la pandemia de COVID-19, otro estudio administró extracto de xantohumol a 50 pacientes hospitalizados por insuficiencia respiratoria aguda. Los resultados fueron alentadores: quienes recibieron el suplemento pasaron menos tiempo conectados a respiradores artificiales y tuvieron un mejor pronóstico.
El dilema de la dosis y el alcoholSin embargo, existe una paradoja importante. Las cervezas comerciales contienen cantidades muy pequeñas de xantohumol: las cervezas artesanales más lupuladas tienen apenas cuatro o cinco miligramos por litro, mientras que las marcas comerciales y las lagers contienen aún menos.
Sin embargo, existe el problema del alcohol. Aunque la investigadora Zugravu señala que "muchos de los ingredientes saludables de la cerveza se absorben más fácilmente en presencia de alcohol", los riesgos del consumo alcohólico no deben ignorarse, incluyendo problemas cardíacos, hepáticos y del sistema inmunitario.
La alternativa sin alcoholAnte este dilema, los expertos sugieren buscar alternativas. "La gente que bebe cerveza con moderación puede estar segura de que está haciendo un favor a su salud", dice Fox. "Y creo que la cerveza sin alcohol debería considerarse una bebida saludable".
Los investigadores recomiendan buscar cervezas con bajo contenido alcohólico, no beber más de unas pocas veces por semana, o probar las variedades sin alcohol. "A diferencia de los vinos sin alcohol, estos en realidad saben bastante bien", comenta Zugravu.
Se esperan más estudios sobre los compuestos del lúpulo en los próximos años, particularmente para enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas gastrointestinales e incluso cáncer. Algunos cultivadores ya trabajan para desarrollar plantas con niveles más altos de polifenoles, mientras que los fabricantes experimentan con procesos que mantengan más compuestos beneficiosos en el producto final.