El óxido de grafeno podría utilizarse como herramienta diagnóstica y terapéutica en medicina, pero antes hay que ver cómo interacciona con las células inmunitarias.
Por: María Camila Sánchez
El grafeno es un material de carbono con grandes propiedades mecánicas potenciales para el uso en la medicina como herramienta adicional terapéutica y diagnóstica, en materia de cáncer y otras áreas como la transferencia genética y la ingeniería de tejidos.
El reto más grande que tendrán los científicos será el de mantener una reacción controlada del sistema inmunitario; investigadores de diferentes instituciones europeas llevaron a cabo estudios para monitorizar las interacciones entre el óxido de grafeno y el organismo.
Como resultado de estas pruebas, se obtuvo una respuesta positiva que detalló el requerimiento de algunas otras moléculas, como grupos amino, que favorezcan y contribuyan a la compatibilidad de este material con las células inmunitarias humanas.
Este descubrimiento hace parte de un hito esencial para la medicina y la ciencia, pues permitiría un diagnóstico y tratamiento aún más certero contra el cáncer, y contribuiría en la ingeniería de tejidos y la neurociencia.
“Un impacto positivo del óxido de grafeno en determinadas células inmunitarias puede servir como punto de partida para desarrollar plataformas biomédicas basadas en este material a escala nanométrica, como nuevas inmunoterapias, portadores de vacunas y nanoadyuvantes”, apunta señala Lucia Gemma Delogu, coautora e investigadora de la Universidad de Sassari, quien recuerda que los nanomateriales de grafeno tiene ‘facilidad’ para conjugarse con medicamentos y otras moléculas en su superficie, “mejorando la función del fármaco y la especificidad sobre el objetivo de interés”.
Se espera que este material pueda ser utilizado en la medicina, y en cualquier otro ámbito siempre y cuando el impacto en la salud del paciente y en el medio ambiente sean mínimos.