Investigadores logran utilizar robots diminutos para tratar aneurismas en modelos de laboratorio

Con la técnica basada en nanorrobots, se espera evitar la necesidad de largas intervenciones quirúrgicas y reducir los riesgos asociados a los tratamientos convencionales.

Por: Tatiana Cruz, Camila Sánchez


Un equipo de investigadores desarrollado un ejército de pequeños robots que serían utilizados para el tratamiento de los aneurismas cerebrales. Estos dispositivos, 20 veces más pequeños que un glóbulo rojo, ofrecen una opción de tratamiento mucho más precisa y menos invasiva, y se perfilan como una alternativa innovadora para tratar una condición que causa 500,000 muertes anualmente en todo el mundo.

Nanotecnología para combatir aneurismas cerebrales

Los aneurismas, que son dilataciones en los vasos sanguíneos del cerebro, pueden romperse y provocar hemorragias graves, muchas veces mortales. Actualmente, el tratamiento para esta afección consisten en cirugías complejas que requieren horas de intervención. Sin embargo, con el desarrollo de los nanorrobots, los investigadores han creado una alternativa que podría simplificar este proceso.

El equipo de la Universidad de Edimburgo, junto con cirujanos del Hospital Sixth People´s de Shanghái, diseñó los diminutos robots para que transporten trombina, una proteína natural de la sangre responsable de la coagulación. Cada nanorrobot está recubierto con un material protector que se funde al alcanzar una temperatura ajustada.

En los experimentos realizados en laboratorio, los científicos inyectaron millones de estos robots en arterias de conejos, y mediante fuentes magnéticas externas, los guiaron hasta el sitio del aneurisma. Una vez en el lugar, los robots liberaron la trombina, formando un "nido" que bloqueó la dilatación y evitó una hemorragia cerebral.

Ventajas frente a los tratamientos convencionales

El tratamiento tradicional de los aneurismas cerebrales requiere que los cirujanos inserten microcatéteres a través de los vasos sanguíneos del cerebro, una tarea minuciosa y de alto riesgo. Estos catéteres se utilizan para insertar espirales metálicas o stents que frenan el flujo de sangre en el aneurisma, un proceso que puede tardar horas. Este procedimiento no solo es invasivo, sino que también conlleva el riesgo de rechazo de los materiales implantados y la dependencia de anticoagulantes para prevenir coágulos sanguíneos.

Con la técnica basada en nanorrobots, se espera evitar la necesidad de largas intervenciones quirúrgicas y reducir significativamente los riesgos asociados a los tratamientos convencionales. Qi Zhou, codirector del estudio y miembro de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Edimburgo, especificó que  los nanorrobots podrían tratar aneurismas más grandes y de difícil acceso, lo que sería un avance crucial para los pacientes.

"Estos nanorrobots están llamados a abrir nuevas fronteras en la medicina", comentó Zhou. "Nos permitirán realizar reparaciones quirúrgicas con menos riesgos que los tratamientos convencionales, y dirigir medicamentos a áreas específicas del cuerpo con una precisión milimétrica".

Pruebas en laboratorio y próximos pasos

Hasta el momento, el equipo ha probado con éxito esta tecnología en un número reducido de conejos. Los nanorrobots fueron programados para alcanzar una temperatura de fusión de 42.5 °C, momento en el cual su revestimiento se derritió y liberó la trombina en el lugar indicado. La temperatura de fusión puede ajustarse según las necesidades, lo que proporciona flexibilidad para futuras pruebas en animales más grandes, como cerdos u ovejas.

Aunque los resultados iniciales son prometedores, los investigadores reconocen que aún queda un largo camino por recorrer antes de que esta tecnología pueda aplicarse en seres humanos. "El momento en que nuestra tecnología estará lista para la cirugía en humanos es incierto, pero creemos que en una o dos décadas podríamos ver estos nanorrobots en práctica clínica", agregó Zhou.

El reto de llevar la nanotecnología a la medicina práctica

El desarrollo de esta tecnología no solo se centra en la investigación de laboratorio, sino que también está impulsado por una necesidad clínica concreta. Según Zhou, el diseño de los nanorrobots fue realizado en conjunto con cirujanos, para asegurar que el avance pudiera ser utilizado en un entorno clínico real.

Para Samuel Sánchez, subdirector del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y experto en nanotecnología, este estudio es un importante avance en la aplicación práctica de la nanomedicina. "Lo que han logrado es muy positivo, porque no solo han demostrado el concepto, sino que han conseguido aplicarlo en conejos", comentó Sánchez. "Ahora el reto es escalar este avance y probarlo en organismos más grandes, y eventualmente, en humanos".

Sánchez, quien también ha trabajado con nanorrobots para el tratamiento de cáncer de vejiga en ratones, afirmó que es fundamental simplificar la tecnología para cumplir con las regulaciones sanitarias. "Cuando te enfrentas a agencias regulatorias, debes asegurarte de que el diseño sea lo más simple posible y ofrezca mejoras claras sobre lo que ya existe", explicó.

Fuente consultada aquí.



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