Investigadores han monitorizado en tiempo real el impacto de un tratamiento con nanopartículas de cobre en la expansión de tumores, un avance que podría revolucionar el tratamiento del cáncer.
Por: Laura Guio
El glioblastoma es uno de los tipos de cáncer más agresivos y difíciles de tratar debido a su naturaleza "altamente invasiva" y la limitación de opciones terapéuticas eficaces.
Su capacidad para migrar rápidamente más allá de los márgenes del tumor y su rápido crecimiento complican la eficacia de los tratamientos actuales.
Sin embargo, un equipo de científicos de la Universidad de Zaragoza ha dado un paso importante hacia un tratamiento más efectivo, al desarrollar una terapia basada en nanopartículas que liberan iones de cobre.
Este tratamiento tiene el potencial de controlar la expansión del tumor y prevenir la metástasis, un desafío clave en el tratamiento de este cáncer.
Monitorización en tiempo real
Utilizando microchips y esferoides tumorales tridimensionales, los investigadores han sido capaces de monitorizar, por primera vez, en tiempo real la forma en que un tumor se extiende e invade tejidos adyacentes.
A través de este enfoque, se ha demostrado que la liberación localizada de iones de cobre puede inhibir la capacidad del tumor para avanzar y generar metástasis. Cuando los esferoides tumorales detectan las nanopartículas, sus células se retraen inmediatamente, evitando la proliferación y la invasión de nuevos tejidos.
Aunque el estudio se ha centrado en el glioblastoma, los investigadores creen que este tratamiento basado en nanopartículas podría aplicarse a una amplia variedad de tipos de cáncer.
El profesor José Manuel García Aznar, del Instituto de Investigación en Ingeniería (I3A), señaló que las primeras pruebas en glioblastoma fueron altamente prometedoras, pero el tratamiento podría ser igualmente eficaz en otros cánceres, gracias a la capacidad modulable de los compuestos de cobre. "El tratamiento podría ser aplicable a prácticamente cualquier tipo de cáncer", afirmó la investigadora Paula Guerrero-López.
Resultados prometedores para células sanas y cancerígenas
Una de las grandes ventajas de este enfoque es que, a diferencia de la quimioterapia tradicional, que afecta tanto a células sanas como cancerígenas, el tratamiento con nanopartículas de cobre parece tener un impacto mucho mayor sobre las células tumorales, dejando en su mayoría intactas las células sanas.
"Las células sanas no se ven tan afectadas y logran sobrevivir mejor que las cancerígenas", explicó José Ignacio García Peiro, uno de los investigadores del INMA (Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón).
Además de la innovación terapéutica, el equipo de investigadores ha subrayado el valor de los microdispositivos 3D, que permiten observar parámetros cruciales que no pueden ser detectados en modelos animales ni en cultivos bidimensionales.
Estos dispositivos no solo ayudan a analizar la estructura y expansión del tumor, sino que también abren nuevas posibilidades para estudiar los efectos secundarios de los tratamientos y cómo minimizar el daño a las células sanas. Este enfoque podría ofrecer una alternativa más precisa y personalizada para el tratamiento de diversos tipos de cáncer, con menores efectos adversos para los pacientes.
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