Aunque el antibiótico acabe con la infección, no elimina los daños que esta ha ocasionado si llega a una fase avanzada.
Por: Redacción MSP
La sífilis es una enfermedad que está causada por la bacteria Treponema Pallidum y se puede curar con penicilina. Eso explica por qué, durante mucho tiempo, la sífilis fue una enfermedad bastante grave, puesto que solo hasta el siglo XX se descubrieron y comercializaron los antibióticos.
Penicilina como tratamiento
Cuando se diagnostica y se trata en sus primeras etapas, la sífilis es fácil de manejar. El tratamiento preferido en todas las etapas es la penicilina, un medicamento antibiótico que puede matar al organismo que causa la sífilis. Sin embargo, si el paciente es alérgico a este medicamento, es necesario que el médico tenga en cuenta esto para sugerir otro antibiótico o para realizar la insensibilización con penicilina.
La dosis recomendada para la sífilis latente primaria, secundaria o temprana (que se refiere a una infección dentro del último año), es una sola inyección de penicilina. Si el paciente ha tenido sífilis durante más de un año, podrá necesitar dosis adicionales.
Este antibiótico es el único tratamiento recomendado para las mujeres embarazadas con sífilis. Las mujeres que son alérgicas a la penicilina pueden someterse a un proceso de insensibilización que les permita tomar penicilina.
Efectos de la penicilina
El primer día que se recibe el tratamiento, el paciente puede experimentar lo que se conoce como la reacción Jarisch-Herxheimer. Los signos y síntomas incluyen fiebre, escalofríos, náuseas, dolores y dolor de cabeza. Esta reacción generalmente no dura más de un día.
Seguimiento del tratamiento
Después de recibir tratamiento para esta enfermedad, el médico podrá pedir lo siguiente: ,
-Realizarse análisis de sangre y exámenes periódicos para asegurar que se está respondiendo adecuadamente a la dosis habitual de penicilina. Este seguimiento específico dependerá de la etapa de la sífilis en la que esté diagnosticado el paciente.
-Evitar el contacto sexual con nuevas parejas hasta que el tratamiento se haya completado y los análisis de sangre indiquen que la infección se ha curado.
-Notifica a las parejas sexuales para que puedan hacerse la prueba y recibir tratamiento si es necesario.
-Realizarse la prueba de la infección por el VIH.
Fases de la sífilis
Esta enfermedad tiene tres fases definidas. La fase primaria suele comenzar los días posteriores al acto sexual en el que se dio el contagio, hasta varias semanas más tarde, es decir, tiene un período de manifestación bastante amplio.
Suele presentarse con úlceras y/o heridas abiertas que no duelen, por lo tanto, las personas no suelen darle importancia, pues además, suele desaparecer a las pocas semanas.
Por eso, muchas personas contagiadas no lo identifican como síntoma de algo grave. Pero si no se trata, la enfermedad va progresando. Estas lesiones, generalmente, aparecen en zonas de inoculación (el pene, en la parte baja de la vagina o si se ha mantenido sexo oral u anal, en la boca o en el ano).
En la segunda fase sí aparecen otros síntomas que, a veces, se confunden con otras patologías porque no son nada específicos. Pueden aparecer adenopatías que son inflamaciones de los ganglios próximos al lugar donde salió el chancro; cefaleas o dolores de cabeza fuertes; dolor de garganta que puede confundirse con una gripe o un resfriado común.
La última fase a la que se llama sífilis tardía o avanzada, y esta sí puede tener complicaciones muy importantes, puesto que la bacteria pasa a la sangre y al líquido cefalorraquídeo.
Puede producirse afectación multiorgánica, incluso en el sistema nervioso central, llegando incluso a resultar mortal. Sin embargo, incluso esta enfermedad estando en esta fase, puede tratarse y curarse con antibióticos.
El problema cuando se ha llegado aquí es que, aunque el antibiótico elimine la infección, no elimina los daños que esta ha ocasionado hasta ese momento. Los enfermos que han tenido o tienen sífilis tardía, pueden sufrir secuelas permanentes muy importantes como ceguera, problemas neurológicos o de movilidad.
Transmisión vertical de la sífilis
Esta es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), aunque es posible que algunos recién nacidos la contraigan por transmisión vertical (de madre a hijo).
Al igual que el VIH, la gonorrea y, en general en las infecciones de transmisión sexual, el número de contagios por sífilis están aumentando exponencialmente, comparando las cifras actuales con las de periodos en los que las relaciones sexuales se tenían con mayor protección.
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