Esta infección es causada por una bacteria, considerada como la más pequeña conocida hasta ahora.
Por: Isbelia Farías
Muchas infecciones de transmisión sexual son conocidas, pero poco se habla del microplasma, una infección causada por la bacteria Mycoplasma genitalium.
El Mycoplasma genitalium es un microorganismo que parasita en las células ciliadas y epitaliales del tracto genital y respiratorio en primates. Esta bacteria es la más pequeña conocida.
Micoplasma genitalium: una Infección de transmisión sexual (ITS) emergente
Su descubrimiento fue reciente, apenas en el año 1981 y, desde el 2015, es considerada una infección de transmisión sexual emergente que, según estimaciones, la padece entre 1 % y 4 % de todos los hombres y entre 1 % y 6,4 % de las mujeres.
No se le suele considerar como una infección grave, aunque en ciertos casos puede producir enfermedad inflamatoria pélvica, en las mujeres, o epididimitis en los hombres. Algunas veces, a esta bacteria se le ha asociado con infertilidad femenina y abortos.
Se puede transmitir por vía genital, anal u oral, o luego de tocar los genitales de una persona infectada y luego tocarse los genitales propios.
Por ello, se recomienda el uso de métodos profilácticos de barrera para prevenir el contagio, en cualquier tipo de práctica sexual y no solo durante la penetración.
Cervicitis y Enfermedad inflamatoria pelvica asociadas a micoplasma genitalium
Según Elizabeth Heavey, en su artículo "Micoplasma genital", la bacteria de tipo mollicute causante del micoplasma genital puede colonizar el tracto reproductor tanto en hombres como en mujeres y la infección por esta bacteria también se asocia a uretritis no gonocócica en hombres y a cervicitis, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) e infertilidad tubárica en mujeres.
Por lo que los síntomas pueden incluir:
- Molestias al orinar;
- picor;
- secreciones;
- inflamación del glande;
- inflamación del prepucio;
- aumento del flujo vaginal, en el caso de la mujer;
- dolor en el bajo vientre;
- fiebre;
- sangrado.
Tratamiento
Los médicos especialistas suelen indicar antibióticos. En primer lugar, indican azitromicina, algunas veces en combinación con cefalosporina debido a lo difícil del diagnóstico de micoplasma genital (que puede confundirse con otras infecciones bacterianas parecidas).
Si los síntomas continúan, es posible que la cepa concreta sea resistente a la azitromicina, así que se suele cambiar esta línea por la administración de moxifloxacino. Si esto falla, el último antibiótico es la pristinamicina.
Pero, siempre son los médicos quienes deciden cuál es la mejor opción farmacológica, luego de analizar cada caso de forma individual, por lo que jamás se recomienda la automedicación.
Fuente: aquí y aquí