Hepatitis C: "Más del 98% de los casos son curados con los nuevos tratamientos"

Menos de un tercio de las personas diagnosticadas, reciben tratamiento oportuno para esta infección curable.

Por: Laura Alejandra Álvarez


Puerto Rico tiene una mayor prevalencia de infección por hepatitis C (HCV) en comparación con la población en general de los Estados Unidos. Varios estudios destacan que la hepatitis C entre personas que consumen drogas intravenosas (PWID) es muy alta, con estadísticas de 79% en áreas rurales y hasta 90% en San Juan.

La Dra. Bárbara Rosado Carrión, gastroenteróloga con una especialidad en trasplante hepático, en exclusiva para la Revista de Medicina y Salud Pública hizo un recuento histórico sobre la Hepatitis C en Puerto Rico y cómo los tratamientos han tenido un impacto en la mejora de vida de los pacientes que tienen la enfermedad.

"La hepatitis C es una de las enfermedades que ha evolucionado dramáticamente y de manera muy positiva en las últimas décadas. Para la década de ahora, a principios del 2000, lo que teníamos disponible eran medicamentos inyectables, pegante de ferrón en combinación con Ribavirina, unas terapias que estaban plagadas de múltiples efectos secundarios", explicó la experta. 

Antes del tratamiento: La lucha contra la hepatitis C en Puerto Rico

Antes, los tratamientos para la hepatitis C eran largos y duraban alrededor de 48 semanas, con solo un 35 a 40 por ciento de posibilidad de cura para los pacientes. Esto significaba que la mayoría de los infectados tenían dificultades para ser curados. Afortunadamente, en los últimos años, gracias a los avances en medicina e investigación, se cuenta con nuevos medicamentos que no requieren Interferón ni inyecciones, y en la mayoría de los casos, tampoco Ribavirina. 

Estos medicamentos permiten que el paciente alcance una cura biológica. En la actualidad, la hepatitis C es una enfermedad altamente curable y más del 98 por ciento de los casos pueden ser tratados con éxito mediante estos nuevos tratamientos.

El nuevo tratamiento: ¿Qué ha cambiado para los pacientes?

En los últimos 10 a 15 años, la evolución de la hepatitis C ha sido notable. Se espera que la mayoría de los pacientes sean identificados y conectados a tratamiento. Lamentablemente, la infección con el virus sigue siendo bastante común.

"En un momento determinado, cuando estas nuevas moléculas surgen y se hace una enfermedad curable, pensábamos que la hepatitis C iba a ser cosa del pasado. Sin embargo, tenemos hoy día un aumento en el uso de opiáceos, particularmente en el de nuestros jóvenes, en donde se ha tenido una alta incidencia de casos nuevos infectados con el virus, tanto a nivel de Estados Unidos como Puerto Rico", indicó la Dra. Bárbara.

Los medicamentos antivirales: Son la base del tratamiento de la hepatitis C y están diseñados para eliminar el virus del cuerpo. El médico puede recomendar un medicamento o una combinación de dos o tres medicamentos que se deben tomar durante 12 a 24 semanas o más. Durante este tiempo, se deben realizar pruebas de sangre y visitas al médico para monitorear y evaluar la respuesta al tratamiento. 

El objetivo del tratamiento es tener una carga viral indetectable en la sangre. Los nuevos medicamentos antivirales de acción directa han mejorado significativamente los resultados del tratamiento, reduciendo los efectos secundarios y acortando los tiempos de tratamiento. Además, el gobierno de Puerto Rico ha creado proyectos piloto para proporcionar medicamentos contra la hepatitis C a la población. 

Afectación en la población joven y adulta

Los casos se han triplicado o cuadriplicado, particularmente en jóvenes y adultos entre los 20 a 39 años, además, se ha observado un aumento significativo en mujeres jóvenes, lo cual no era parte del perfil previo. Una de las principales causas de enfermedad hepática crónica son cirrosis y carcinoma hepatocelular. 

Población sin diagnóstico

Es fundamental que se realice la prueba de hepatitis C a todos los pacientes mayores de 18 años, ya que muchos de ellos pueden no presentar síntomas y pasar desapercibidos. Para abordar este desafío, es necesario aumentar la conciencia sobre la importancia de hacerse la prueba y ofrecer pruebas de detección en entornos médicos y comunitarios.

Además, es necesario mejorar el acceso a las pruebas, especialmente en poblaciones vulnerables como personas que se inyectan drogas, personas con antecedentes de transfusiones de sangre antes de 1992 y personas nacidas entre 1945 y 1965, estas poblaciones tienen un mayor riesgo de haber contraído hepatitis C.

Una vez que se realice la prueba y se diagnostique la infección por hepatitis C, es importante que los pacientes reciban el tratamiento adecuado lo más pronto posible. Las nuevas terapias antivirales de acción directa han demostrado altas tasas de curación y pueden prevenir complicaciones a largo plazo como la cirrosis y enfermedad hepática terminal.

¨En el pasado teníamos un grupo selecto de pacientes de aquellos que tuvieran algún tipo de conducta de alto riesgo o exposición, y aquí incluimos pacientes nacidos entre el año 45 al 65, los baby boomers, personas que habían recibido transfusiones antes de 1992, O algún órgano antes de esa fecha, donde todavía no se reconocía el virus del hepatitis C.¨ explicó la experta. 

Algunos factores de riesgo

Incluyen exposición a sangre contaminada, consumo de drogas por vía intravenosa, prácticas sexuales de alto riesgo, hemodiálisis y nacimiento de madres infectadas. Una vez que se diagnostica la infección, es importante vincular al paciente con un médico especialista (hepatólogo o infectólogo) para evaluar su candidatura al tratamiento.

Desafortunadamente, muchos pacientes infectados con hepatitis C enfrentan estigmatización debido a la asociación errónea con el consumo de drogas o conductas de alto riesgo en el pasado. Esto puede llevar a que no compartan su situación con sus familiares y experimenten vergüenza. Es fundamental crear conciencia sobre la curabilidad de la hepatitis C y reducir el estigma asociado, para que los pacientes reciban el apoyo y tratamiento que necesitan.

La experta indicó que ¨Esto crea barreras en el tratamiento, porque son pacientes que quizás no pueden sentirse abiertos con sus médicos o con su familia, y que no se sienten con el deseo o la motivación de recurrir a un posible tratamiento. Esto es algo que es verdad, que tiene que finalizar. El paciente infectado con el virus de hepatitis C debe dar la voz, debe darse visibilidad, particularmente porque sabemos que hoy día es una enfermedad curable.¨

Fuentes consultadas aquí. 





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