Estudio preliminar sobre la vacuna Covid genera debate y desinformación en redes sociales

Se han reportado alertas sobre vacunas en el pasado, algunas desmentidas y otras confirmadas, como la primera vacuna contra el rotavirus.

Por: Mariana Mestizo Hernández


Recientemente, un grupo de investigadores publicó un pequeño documento preliminar en el que se teoriza que las vacunas Covid-19 pueden estar relacionadas, en casos poco frecuentes, con una constelación de síntomas persistentes no muy distintos de los asociados a Covid de larga duración.

Pretendían que su trabajo fuera objeto de debate académico e impulsara nuevos estudios sobre lo que denominaron "síndrome postvacunal". En lugar de ello, ha explotado en la red y se ha convertido en una parábola de cómo se utiliza Internet para convertir en armas la investigación básica sobre vacunas, vital para avanzar en el conocimiento científico sobre el uso seguro de estos productos clave.

Publicación en medRxiv y reacciones inmediatas

El estudio se publicó el pasado martes en medRxiv, un servidor de preimpresiones en el que se pueden compartir estudios inéditos antes de que pasen por la revisión por pares, el proceso por el que otros científicos se ponen manos a la obra para ayudar a las revistas a decidir si la investigación presentada merece o no ser publicada. 

Los autores principales del trabajo, la inmunóloga Akiko Iwasaki y el cardiólogo Harlan Krumholz, ambos científicos serios, dejaron claro en el comunicado de prensa que emitieron y en las entrevistas con STAT que se trata de hallazgos preliminares que necesitan mucho más estudio. 

Ambos insistieron también en que sentían la responsabilidad ante sus pacientes de compartir lo que están viendo, con la esperanza de que incite a otros investigadores a investigar, averiguar cómo fabricar vacunas Covid más seguras si realmente existe un vínculo y, con suerte, encontrar formas de ayudar a las personas afectadas por alguna de estas afecciones.

Motivaciones de los investigadores

"Simplemente vi a gente sufriendo y pensé que debíamos seguir la ciencia", manifestó el cardiólogo Harlan Krumholz, fundador del Centro de Investigación y Evaluación de Resultados de la Facultad de Medicina de Yale.

Además, explicó que su motivación para el estudio fue observar el sufrimiento de algunos pacientes y seguir el rigor científico. Aclaró que sigue recibiendo refuerzos contra la Covid-19 y que los hallazgos aún no son suficientes para influir en decisiones clínicas.

La viralización en redes sociales

Sin embargo, el estudio ha sido ampliamente difundido en redes sociales, especialmente en espacios donde se cuestiona la seguridad de las vacunas. Adam Gaffney, profesor de Harvard, advirtió en X que la noticia se está viralizando rápidamente. 

En algunos sectores, se ha presentado como prueba de que muchas personas con síntomas persistentes tras la Covid-19 en realidad fueron afectadas por la vacuna, a pesar de que el Covid prolongado surgió antes del desarrollo de estas.

Distorsión del mensaje por figuras influyentes

Figuras como Elon Musk y el influencer Benny Johnson han amplificado estas afirmaciones, este último asegurando, sin evidencia concluyente, que las vacunas son más peligrosas que la enfermedad.

Mientras tanto, algunos académicos han expresado su preocupación sobre la publicación prematura del estudio, argumentando que el término "síndrome postvacunal" podría ser utilizado de manera sesgada en debates políticos y mediáticos.

Críticas al término "síndrome postvacunal"

Algunos expertos han expresado preocupación por el uso del término "síndrome postvacunal", ya que su amplitud podría llevar a interpretaciones erróneas sobre otras vacunas, a pesar de que el estudio solo analiza el papel de las inyecciones contra la Covid-19.

"El término es un problema, es un verdadero problema, especialmente en este momento político", afirmó Adam Gaffney, quien considera que el estudio tiene múltiples fallos. 

"Estamos en un momento en el que el gobierno de EE.UU. está socavando la confianza en la ciencia y en las vacunas como nunca antes. Acuñar este síndrome sin demostrar que la vacuna lo causa me parece muy preocupante".

La publicación del estudio coincidió con la primera semana de Robert F. Kennedy Jr. al frente del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), una figura conocida por su escepticismo sobre las vacunas. Su llegada ha generado inquietud sobre el futuro de la política de vacunación en EE.UU., con informes sobre posibles cambios en el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización.

Metodología del estudio y hallazgos preliminares

El estudio, publicado en medRxiv, comparó biomarcadores de 42 personas previamente sanas que desarrollaron síntomas tras la vacunación con los de 22 individuos sin afecciones similares. Aunque no se ha demostrado una relación causal, se identificó una posible asociación temporal con síntomas como fatiga extrema, intolerancia al ejercicio, tinnitus y niebla mental.

Las reacciones en redes sociales han distorsionado el propósito del estudio. Elon Musk amplificó publicaciones en X que afirmaban, sin fundamento, que la Covid prolongada es causada por las vacunas. La inmunóloga Akiko Iwasaki reaccionó con preocupación: "No quiero que nadie confunda los dos síndromes diferentes en un mismo cubo. Ese no es el mensaje que intentamos transmitir".

Casos previos de alarmas sobre vacunas

Las señales de seguridad de las vacunas a menudo resultan ser falsas alarmas, desmentidas por estudios rigurosos. Por ejemplo, tras la pandemia de gripe H1N1 en 2009, se sugirió que la vacuna contra el virus podía aumentar el riesgo de aborto espontáneo en mujeres embarazadas. 

Sin embargo, un estudio financiado por los CDC, publicado en Vaccine, demostró que esta preocupación era una anomalía estadística sin fundamento real.

Sin embargo, algunas señales sí han sido confirmadas. La primera vacuna contra el rotavirus fue retirada tras detectarse un mayor riesgo de intususcepción, y los CDC han tomado precauciones con las vacunas contra el VRS para adultos mayores debido a una posible relación con el síndrome de Guillain-Barré.

La transparencia en la investigación de seguridad de vacunas es crucial, pero también conlleva riesgos. «La ciencia está en desventaja», advierte Edward Belongia, investigador en la Clínica Marshfield. «Pueden tomar pequeños fragmentos de información, distorsionarlos y hacer que suenen preocupantes».

Alison Buttenheim, experta en aceptación de vacunas, señala que muchas personas no comprenden que la ciencia evoluciona: "Vivimos en un mundo en el que la gente se siente incómoda con la idea de que la ciencia cambia".

Publicación de preprints y sus desafíos

Publicar hallazgos como preprints (antes de la revisión por pares) agrava los desafíos de comunicación. Iwasaki explicó que su equipo optó por esta vía porque «los pacientes sufren cada día» y no querían retrasar la divulgación de sus hallazgos. Krumholz añadió: "Ya hemos tenido experiencia con revistas que no quieren publicar información sobre los efectos adversos de las vacunas".

Belongia concluye que la transparencia es clave para mantener la confianza pública, aunque admite que esta información a menudo es usada en contra del campo. "No sé cuál es la solución para enfrentar esto", reflexiona, "cuando cualquier voz mesurada queda ahogada por la desinformación".

Fuente consultada aquí.





Lo Último
Estudio preliminar sobre la vacuna Covid genera debate y desinformación en redes sociales
Marzo 04, 2025

1 de cada 6 jóvenes tendrá obesidad para 2050, predice un análisis global
Marzo 04, 2025

Llega la PR MS Walk 2025 en apoyo a los pacientes con esclerosis múltiple en Puerto Rico
Marzo 04, 2025

¿Por qué, según un experto, las soluciones rápidas no funcionan en el tratamiento de la obesidad?
Marzo 04, 2025

"Hace 40 años la colitis ulcerosa era inusual, hoy es un diagnóstico global": Dra. Torres
Marzo 04, 2025