El infectólogo afirma que sus hijos han sido lo más satisfactorio de su vida, incluso más que los logros obtenidos en su profesión.
Por: Luisa Ochoa
El Dr. Lemuel Martínez, infectólogo, miembro de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA) y padre de dos hijos, compartió su experiencia con la paternidad, que describe como retante y gratificante al mismo tiempo.
"Es un reto muy grande, cuando uno empieza a tener familia se van teniendo más responsabilidades de crianza" expresó, reconociendo que la medicina es una disciplina que requiere tiempo y que los horarios para compartir con la familia no son los mismos todos los días.
"Los que quizás trabajan en una oficina pueden controlar el tiempo, pero en el hospital es más complejo, pueden llegar emergencias o situaciones inesperadas que requieren de la especialidad que uno trabaja, en este caso infectología" agregó, "es bien retante tener una familia en un sistema estructurada, cuando nuestra carrera no es tan estructurada en cuanto a los tiempos se refieren".
En diálogo con Medicina y Salud Pública afirmó que su pasión por la profesión empezó desde muy temprano, le atraía comprender el cuerpo humano, entender la fisiología, bioquímica y aplicar esos conocimientos en las personas. "La medicina te permite esa combinación de ciencia aplicada en la vida de las personas, no solamente saber los procesos, sino como poder ofrecerle una ayuda que impacte la salud del individuo" indicó.
Su proceso de ser padre implicó varios retos para su familia, en especial porque con la situación de emergencia por el COVID-19 tuvieron que implementar varios cuidados para evitar el contagio, teniendo en cuenta que vivió múltiples situaciones expuesto al virus, al no contar con los equipos necesarios o en las mejores condiciones.
"En ese momento uno no sabía que tan contagioso era el virus por otros medios diferentes a la vía respiratoria y siempre hemos tenido presente los riesgos que esto implica. Uno está consciente de eso en el campo de la infectología, pero en tiempos de pandemia fue más estresante".
Al respecto, también expresó que "cuando los niños ven que uno llega del trabajo, ven a su papá llegar, no al médico y brincan porque tienen mucho tiempo sin verlos, por eso muchos creamos áreas de desinfección fuera de la casa, para protegerlos".
Ahora, que la sociedad se reintegró a las actividades diarias, entiende que sus hijos pueden estar expuestos en cualquier lugar, sin embargo, destaca que las conversaciones familiares y el apoyo que le han brindado, le permite afrontar el reto de equilibrar su vida profesional y familiar. "Hay que tratar de no perdernos las actividades más importantes, en la medicina y la familia".
Su experiencia con el nacimiento de su primer bebe lo conmueve y afirma que todos los hijos son bendiciones, a pesar de hacer varios sacrificios y esperar junto con su esposa debido a sus ocupaciones, llega el momento de tener un hijo y no existe un sentimiento para describirlo. "Uno puede trabajar en los hospitales y participar de diferentes partos, pero no hay nada que se compare con la experiencia de vivirlo".
También habló sobre las responsabilidades del hogar, teniendo en cuenta que su esposa también es médico. "Nos repartimos las responsabilidades, pero no desde el punto de vista de que nos toca, sino verlo como los momentos para compartir con los niños"
Recientemente, tuvo su segundo hijo, una segunda bendición, "todo se multiplica. Es más gratificante, incluso de la carrera que uno puede hacer" agregó.
Sus recomendaciones a padres primerizos se enfocan en equilibrar el tiempo con la familia y la vocación para no perderse los mejores momentos de sus hijos. "Lo más valioso es reconocer que es una responsabilidad grande, retante, pero es lo más gratificante que uno va a tener en la vida. Uno puede hacer muchos sacrificios académicos, económicos, pero nada de eso te va a abrazar en la noche, esas cosas no te van a mirar a la cara".