"Es lo que yo le enseño todos los días a los residentes, que no dependamos de la tecnología y que, antes de eso, está escuchar al paciente"
Por: Katherine Ardila
El Dr. Milton Carrero, director médico del Mayagüez Medical Center, ha sido recientemente galardonado por el Colegio Americano de Médicos por su destacada labor en la medicina de Puerto Rico y con décadas dedicadas al liderato médico, a la educación y la atención a pacientes, el Dr. Carrero no solo ha curado a sus miles pacientes con devoción, sino que también ha enfocado su atención en el contexto en el cual practica la medicina; buscando siempre mejorar tanto el entorno hospitalario, como la formación de futuros médicos.
Bajo su liderazgo, el Mayagüez Medical Center se ha distinguido en el área cardiovascular, sin descuidar la medicina primaria a la que tanto alude, durante una entrevista exclusiva con la Revista MSP. De hecho, su orgullo se ve cuando menciona que cada año, el centro médico gradúa a siete internistas, un logro significativo que, sin embargo, no está exento de retos. La falta de contratos adecuados y la cobertura insuficiente de medicamentos por parte de algunos planes de salud son obstáculos constantes que el Dr. Carrero y su equipo deben enfrentar a diario.
A pesar de estas dificultades, el y sus colaboradores mantienen el compromiso de encontrar siempre la mejor alternativa para los pacientes, demostrando una resiliencia y una dedicación encomiables: "Es un reto grande. Nos frustramos, pero podemos continuar luchando con esto. Hay que buscarle la mejor alternativa al paciente," expresó.
Revive el testimonio del Dr. Milton Carrero aquí:
La relación médico-paciente: un pilar fundamental
El Dr. Carrero enseña a sus residentes que la medicina va más allá de la tecnología y las máquinas; se trata de escuchar al paciente. De hecho, recuerda con particular estimación a un paciente de 93 años que llegó a su oficina, durante el chequeo y el Dr. Carrero pudo notar que se encontraba en perfecto estado de salud física, pero que más que nada, necesitaba ser escuchado.
Después de su chequeo, el paciente le comentó al Dr. Carrero: "Bueno doctor, ahora escúcheme" y a través de una larga conversación, el experto descubrió que el paciente estaba deprimido por problemas familiares. En ese momento, el paciente pudo contarle que le estaba afectando la ausencia de su hijo durante más de 15 años.
Este encuentro marcó una visión más empática para el Dr. Carrero quien comenta que desde allí, para él, es sumamente importante la comunicación en la práctica médica y tener una buena relación con sus pacientes. "Muchas veces el paciente llega a tu oficina y llega para que lo escuches," dice el Dr. Carrero. "Yo decía, '¿Qué voy a hacer con este paciente?' Me di cuenta que necesitaba un apoyo, necesitaba hablar y que alguien sepa lo que le está pasando."
"Lo primero es ser un ser humano hacia otro ser humano," dice el Dr. Carrero. "Esa conexión y comunicación son insustituibles por la tecnología o cualquier equipo avanzado."
La medicina como un arte humano
Para el Dr. Carrero: "La medicina es un arte y tiene muchas vertientes". Su enfoque en la educación refleja esta creencia, dirigiendo a 27 residentes por niveles del internado. Les inculca que, más allá de los avances tecnológicos, el acto de escuchar y comprender a los pacientes es fundamental. "Es lo que yo le enseño todos los días a los residentes, que no dependamos de la tecnología y que, antes de eso, es escuchar al paciente," enfatiza.
Experiencias personales y profesionales
El Dr. Carrero ha tenido muchos pacientes que han dejado una marca indeleble en su mente. Recuerda especialmente a aquellos que, a pesar de todos los esfuerzos médicos, no pudieron seguir luchando. "Algunos pacientes quieren seguir viviendo y uno hace todo lo posible, pero a veces esos pacientes no pueden salir" comenta con gran pesar. Estas experiencias no solo han moldeado su práctica profesional sino también su perspectiva sobre la vida y la muerte. "La vida a veces nos hace aceptar que ya no se puede hacer nada más."
A pesar de sus numerosos logros, el Dr. Carrero se mantiene humilde. Atribuye sus victorias a Dios y considera que la humildad y la humanidad son cualidades que deben venir por sí solas cuando se internaliza esta creencia. "La victoria es de Dios; cuando introyectas eso, la humanidad y humildad vienen por sí solos," afirma.
Con gran humildad y entendimiento, reconoce que algunas situaciones están fuera del control médico, y este reconocimiento lo ha hecho aún más compasivo y humano en su práctica. "Primero somos seres humanos," reitera, una enseñanza que siempre transmite a sus residentes, "Eso de que uno no se puede identificar con el paciente y siempre tenía que estar atrás, es una enseñanza equivocada. Primero somos seres humanos."