Un estudio publicado en Nature, identifica a la taurina como un regulador esencial en el crecimiento de la leucemia. Al impedir que las células cancerosas accedan a este aminoácido, se logró frenar su avance en modelos experimentales.
Por: Laura Guio
La taurina, un aminoácido no esencial que el cuerpo produce en pequeñas cantidades y que también se obtiene a través de alimentos como carne, pescado y huevos, se ha convertido en el centro de atención de una investigación revolucionaria.
Un equipo de científicos del Instituto Oncológico Wilmot de la Universidad de Rochester (Estados Unidos) ha demostrado que esta molécula desempeña un papel crucial en el desarrollo de los cánceres mieloides, como la leucemia mieloide aguda (LMA), leucemia mieloide crónica (LMC) y los síndromes mielodisplásicos (SMD).
Una nueva estrategia para frenar la leucemia
Según el estudio, las células leucémicas, que no pueden generar taurina por sí mismas, dependen de un transportador específico, codificado por el gen SLC6A6, para absorberla del microambiente de la médula ósea.
Una vez dentro, la taurina favorece la glucólisis, un proceso metabólico que convierte la glucosa en energía, impulsando así el crecimiento acelerado de las células cancerosas.
Taurina en la dieta y suplementos: ¿una amenaza silenciosa para pacientes con leucemia?
La taurina es comúnmente incluida como suplemento en bebidas energéticas, proteínas en polvo y productos destinados a reducir efectos secundarios de tratamientos oncológicos.
Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que dicha suplementación podría tener efectos adversos no contemplados en personas con cánceres de sangre, especialmente aquellos con subtipos mieloides.
"La taurina ha sido utilizada para mitigar los efectos de la quimioterapia, pero ahora es necesario revisar esa práctica a la luz de estos hallazgos", señalaron los autores.
Recomiendan que se realicen estudios adicionales para evaluar los niveles de taurina en pacientes con leucemia y definir si la suplementación podría estar contribuyendo, inadvertidamente, al crecimiento tumoral.
Una nueva frontera en el estudio del microambiente tumoral
El descubrimiento fue posible gracias a un enfoque multidisciplinario que analiza el microambiente de la médula ósea, es decir, el ecosistema donde nacen y se desarrollan las células sanguíneas.
Desde hace años, los investigadores del Wilmot Cancer Institute se han enfocado en comprender cómo ese entorno puede favorecer la aparición y expansión de células malignas.
Uno de los focos de la investigación futura será comprender cómo las señales del microambiente estimulan la transición de síndromes mielodisplásicos, una condición precursora, hacia leucemias más agresivas.
El equipo también trabaja en desarrollar fármacos o herramientas biotecnológicas que bloqueen de forma segura y eficaz el transportador de taurina sin afectar a las células normales.