César Augusto Sutachán Daza
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Expertos consultados por Revista Medicina y Salud Pública, recomiendan que, ante comportamientos obsesivos, cambios de ánimo, dolores en las piernas o debilitamiento en la fuerza y temblor en individuos menores de edad, se realice un escáner cerebral en el afectado con el fin de determinar los niveles del compuesto químico de dopamina, sustancia determinante en la aparición de la enfermedad, de vital importancia para la función motora del organismo.
Según el Dr. Guillermo Monsalve, “si hay un componente genético en la persona, el párkinson puede presentarse muy temprano en la vida de ese paciente, podría iniciarse a los 10, 15 o 20 años de edad, pero afortunadamente no es lo usual”.
Este trastorno no solo debe asociarse a la vejez. Ha crecido la estadística de personas menores de 50 años diagnosticadas. Se han registrado casos en niños y jóvenes donde los síntomas pudieron ser confundidos con epilepsia, lo que empeora la situación ante la inexactitud en la valoración.
Saber específicamente las causas de este trastorno es algo difícil de determinar. Mucha gente cree que el párkinson obedece en gran medida a temas hereditarios, pero estudios indican que apenas 2% a 5% de los pacientes con esta enfermedad obedecen a razones genéticas. “No se puede determinar una causalidad específica, pero por herencia la estadística es reducida”, explicó el neurocirujano especialista y conferencista colombiano, Dr. Guillermo Monsalve, a la Revista Medicina y Salud Pública (MSP).
La enfermedad de párkinson en Colombia alcanza a 220 000 personas anualmente. Se estima que en Puerto Rico 25 000 son los diagnosticados. En el mundo, cerca de siete millones la padecen. Se estima que para el año 2040 la cifra podría duplicarse. Es considerada la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el planeta. Aunque no tiene cura, la clave para su manejo es ser detectada tempranamente.
Factores en el desarrollo de la enfermedad
Se ha determinado que aún no están reconocidos claramente los factores que permiten el desarrollo del párkinson. La gran mayoría de personas afectadas suelen ser “esporádicas”, es decir que, antes, en sus familias, en dos o tres generaciones, nadie lo había padecido ni lo padecerán en el futuro.
Hay enfermos que llegan a la condición de párkinson como producto de fuertes golpes en la cabeza, a raíz del drenaje de hematomas en cirugías cerebrales o por haber estado en coma.
Asimismo, la inyección de medicamentos o el abuso del consumo de drogas pueden dañar ciertas zonas del cerebro. “Este tipo de prácticas produce párkinson y parkinsonismo, como también en personas que manejan insumos químicos del agro que, al absorber por la piel estos compuestos, tienen la posibilidad de provocar la enfermedad años después”, explicó Guillermo Monsalve a MSP.
A pesar de que la lucha para detener las secuelas o la degeneración neuronal que produce el párkinson es el gran desafío para los investigadores, existen mecanismos para mantener la calidad de vida de quienes padecen de este trastorno, hereditario, en pocos casos y provocado por factores desconocidos por la ciencia, en su gran mayoría.