El melanoma es el cáncer de piel más peligroso, pero también el más prevenible y con buen pronóstico, cuando se detecta y se trata a tiempo. Por eso, es importante una adecuada fotoprotección y una vigilancia periódica de la piel para detectar precozmente su aparición y poder tratarlo con éxito.
Una correcta protección frente al sol incluye gorra, camiseta, gafas de sol y protector solar, que debe reaplicarse cada dos horas. Además, se recomienda evitar la exposición al sol entre las 12 y las 16 horas. En el caso de los bebés, no deben exponerse directamente al sol.
El Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) ha lanzado la campaña 'terrazing', que tiene como objetivo concienciar a la población española sobre los peligros de exponerse al sol sin protección, ya sea en la playa, en el campo, esquiando, en un partido de fútbol o tomando un refresco con amigos en una terraza.
Y es que, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que 6.205 personas serán diagnosticadas con un melanoma cutáneo este 2019, según la publicación de ABC Salud.
Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, aunque es más habitual en aquellos con piel clara y con más de 50 años, si bien el diagnóstico juvenil ha aumentado en los últimos años, lo que está directamente relacionado con la exposición al sol y la utilización descontrolada de cabinas de autobronceado
Señales de alarma
La vigilancia de es otra de las estrategias para detectar una lesión maligna a tiempo. "La recomendación es gastar un minuto al mes en mirar toda la superficie cutánea. Es un hábito que hay que incorporar, reconocer cómo tiene uno la piel y si tiene lesiones nuevas", explicó el doctor Eduardo Nagore durante la presentación de la campaña Euromelanoma 2019, que lanza cada año la Fundación Piel Sana de la AEDV.
Desde la Fundación Piel Sana aseguran que los melanomas no son fáciles de identificar a primera vista en sus fases iniciales, sin embargo, suelen tener un aspecto diferente al de otros lunares o marcas de nacimiento del cuerpo. Es lo que se conoce como el signo del 'Patito Feo' y debe ser evaluado por un dermatólogo.
La regla ABCDE ayuda a autoexaminar los lunares e identificar posibles melanomas. Cada letra implica una característica sospechosa:
- A de asimetría,
- B de borde, porque la mayoría de los melanomas iniciales tienen bordes irregulares o borrosos;
- C de color, que en el caso de los melanomas no es homogéneo;
- D de diámetro (si es mayor de 6 mm), y
- E de evolución, si con el tiempo ha cambido su tamaño, forma o comportamiento.
Otros signos de sospecha que deberían ser motivo de consulta con el especialista son el picor o sangrado de una lesión o la aparición de cualquier nueva lesión en zonas de la piel no afectadas previamente en personas mayores de 40 años.
Aunque los melanomas pueden aparecer en cualquier del cuerpo, son más habituales en el pecho/espalda y las piernas. En el 30% de los casos, aproximadamente, aparecen en zonas donde ya existen lunares.