¿Por qué no podemos vencer a los virus?

Los virus son unas cien veces más pequeños que las células humanas. Vienen en muchas formas diferentes y están presentes donde haya células por infectar.

Por: Medicina y Salud Pública


BBC Mundo

El virus de la influeza durante el embarazo puede incrementar el riesgo de que el bebé desarrolle desórdenes bipolares más adelante en su vida, reveló un estudio esta semana.

Las posibilidades son bajas, pero el estudio hace eco de otros hallazgos similares que vinculan la influenza en las mujeres preñadas y la esquizofrenia.

Uno de los aspectos más inquietantes, es que el feto no es afectado por lo que la madre se tome para mejorarse de la gripe, sino por lo que su cuerpo hace para combatir el virus.

Pero esa respuesta inmunológica es una defensa natural y vital, así que el único remedio sería luchar contra el virus afuera del cuerpo.

Y se intenta, pero año tras año vuelve y causa estragos. BBC Ciencia se pregunta por qué los virus son tan difíciles de vencer.

Cómo trabaja un virus

Los virus son unas cien veces más pequeños que las células humanas. Vienen en muchas formas diferentes y están presentes donde haya células por infectar.

De hecho, los virus son la unidad biológica más común sobre la Tierra, superando a todos los otros tipos juntos.

Cuando un virus entra en nuestro cuerpo, trata de atacar una célula.

Si nuestro sistema inmunológico reconoce el virus como un intruso, será destruido antes de que pueda entrar a una célula. Si no, comienza el proceso de infección.

Una vez está en la célula, el virus puede secuestrar la propia maquinaria de replicación de la célula, que empieza a hacer muchas copias del virus. Estos virus salen de la célula, destruyéndola, e intentarán infectar muchas más células a menos que sean atacados por el sistema inmunológico.

La infección puede comenzar también a esparcirse a otras personas.

Esto puede ocurrir rápidamente y con consecuencias devastadoras.

La gripe española de 1918 fue una de las pandemias virales más agresivas en la historia reciente. Se cree que causó hasta 50 millones de muertes a nivel mundial (ver recuadro).

Atajar el virus

El sistema inmunológico humano es increíblemente efectivo cuando se trata de encargarse de los invasores virales.

Algunos de los síntomas causados por los virus, como fiebre, vómito y cansancio, son el resultado de los mecanismos de defensa del cuerpo. En muchos casos de influenza y gripa, el sistema inmunológico destruye la infección.

La respuesta inmunológica genera algo llamado la inmunidad adquirida: el cuerpo "se acuerda" de los virus para poder destruirlos rápidamente si regresan, así como para hacernos resistentes a ellos en el futuro.

Un caso único de sarampión cuando somos niños, por ejemplo, nos da una resistencia para toda la vida.

Los científicos han usado este concepto para proteger a las personas contra los virus, con éxito notable. Al 'engañar' a nuestros sistemas inmunológicos para que reconozcan virus, sin que realmente estemos infectados, podemos desarrollar una resistencia efectiva a los virus de la vida real.

En el siglo XVII, un método de inmunización contra la viruela consistía en que las personas inhalaban o se untaban costras secas de viruela en la piel para crear una respuesta inmune que los protegía contra el virus.

Luego, en 1796, el médico británico Edward Jenner desarrolló la primera vacuna para la viruela que llevó a una erradicación completa de la enfermedad en 1980.

Este fue un hito en la historia de los avances médicos. Por primera vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció la erradicación total global de una enfermedad que fue mortal.

¿Pero entonces por qué las vacunas no pueden servir contra todos los tipos de virus?

Simples y efectivos

Nuestro sistema inmunológico funciona al reconocer las proteínas en la superficie del virus. Pero en ciertos tipos de virus, estas proteínas cambian a medida que el virus muta, así que una vacuna desarrollada un año puede no funcionar el siguiente.

Ha resultado imposible desarrollar vacunas contra virus como el VIH.

Los medicamentos son otro aspecto. Son menos efectivos contra los virus que contra las bacterias. Los antibióticos matan a las bacterias al afectar sus paredes celulares. Pero la cobertura exterior de los virus, que se conoce como la envoltura vírica, es casi idéntica a las membranas de la célula huésped, por lo que son difíciles de rastrear.

Se han desarrollado algunos medicamentos antivirales. Hacen su labor al afectar una parte del ciclo vital del virus. Algunas interfieren en el vínculo del virus a la célula, otras evitan que el material genético de los virus se incorpore en la célula huésped.

Usados de manera combinada, algunos medicamentos antivirales han resultado efectivos contra virus específicos. Medicamentos antivirales pueden prolongar la vida de personas afectadas por el VIH.

Pero todavía hay mucho camino por delante.

En general, los virus son organismos increíblemente simples pero extremadamente efectivos para infectarnos.

Puede que nunca seamos capaces de vencerlos totalmente, pero al emplear el poder de las vacunas, los últimos antivirales y adoptar el comportamiento adecuado, tenemos una buena posibilidad de estar un paso adelante de los efectos más dañinos de los virus.



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