Muchas personas que mueren por un paro cardíaco repentino pueden haber tenido un ataque cardíaco más temprano en la vida sin darse cuenta, de acuerdo con un nuevo estudio.
En el estudio, casi la mitad (42,4%) de las personas que no tenían conocimiento previo de la enfermedad de la arteria coronaria, pero murieron de paro cardíaco repentino, mostraron signos de haber tenido un ataque cardíaco silencioso previo. El estudio publicado este miércoles en la revista JAMA Cardiology.
Se produce un ataque cardíaco cuando se bloquea la circulación de la sangre, pero la muerte cardíaca repentina o el paro cardíaco es el resultado de problemas eléctricos que hacen que el corazón deje de latir repentinamente. Una pérdida repentina e inesperada de la función cardíaca da como resultado una pérdida igualmente repentina de la respiración y la conciencia. Una de las causas de un paro cardíaco repentino es un ataque al corazón. De acuerdo con la Clínica Mayo, la muerte cardíaca repentina representa aproximadamente la mitad de todas las muertes atribuidas a enfermedades cardiovasculares en Estados Unidos y se asocia más comúnmente con la enfermedad arterial coronaria.
Un estudio separado, publicado en el American Heart Journal en 2010, encontró que aproximadamente 34% de las personas que tuvieron una muerte cardíaca súbita mostraron signos de un ataque cardíaco previo que no se detectó. Estas muertes se evaluaron en Minneapolis de 2001 a 2004.
El nuevo estudio incluyó el análisis de datos sobre 5.869 personas en el norte de Finlandia que tuvieron muertes cardíacas repentinas entre 1998 y 2017. Los datos provinieron del Estudio Genético Finlandés de Eventos Arrítmicos.
Entre esas muertes cardíacas repentinas, 4.392 fueron causadas por enfermedad de la arteria coronaria, y 3.122 de ellas no tenían antecedentes de diagnóstico de enfermedad de la arteria coronaria.
Después de analizar las autopsias y las mediciones de electrocardiogramas para cada caso, los investigadores encontraron que entre esas 3.122 personas que no tenían antecedentes de enfermedad arterial coronaria, 1.322 de ellas, 42,4%, tenían cicatrices del corazón consistentes con un ataque cardíaco silencioso en sus autopsias. Los ataques cardíacos silenciosos ocurren sin que la persona lo sepa.
El estudio tenía algunas limitaciones, incluyendo que los datos de la autopsia solo revelaban si se detectaban cicatrices, pero no el tamaño de ellas. Además, los síntomas antes de cada muerte o al inicio del paro cardíaco no se pudieron evaluar de manera confiable, y se necesita más investigación para determinar si se verían hallazgos similares en otros países.
Sin embargo, la ocurrencia de un ataque cardíaco silencioso en aproximadamente dos quintas partes de las muertes cardíacas súbitas relacionadas con la enfermedad coronaria en el estudio es similar a lo que se informó en otros estudios, escribió, en un texto que publicó junto con el nuevo estudio, el doctor William C. Roberts, director ejecutivo de Baylor Heart and Vascular Institute.
Cuando el nuevo estudio se combina con otros estudios, Roberts escribió que “en general, estos informes indican que alrededor de 40% a 50% de los pacientes que mueren repentinamente” de enfermedad de la arteria coronaria han mostrado cicatrización del ventrículo izquierdo en el corazón.
Escribió que las cicatrices indican que esas personas sufrieron ataques cardíacos que se habían curado, ya sea que el ataque cardíaco anterior haya sido o no clínicamente reconocido o silencioso.