En enero del año 2021 celebrarán un centenario comprometidos con los pacientes en la isla.
Yizeth Arellano
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud pública
Laura Vélez, directora ejecutiva de la Asociación Puertorriqueña del Pulmón, indicó en entrevista exclusiva a Medicina y Salud Pública que en enero del año 2021 celebrarán un centenario comprometidos con los pacientes en la isla.
Desde la experiencia, nostalgia y sentido de orgullo, Vélez nos narró cómo nació la organización, sus logros y lo significativo que ha sido su aporte a la sociedad puertorriqueña.
A finales de los años 20 y 30, en Puerto Rico hubo una situación de salud tan terrible o más que la que se vive ahora con la pandemia del COVID-19. En ese momento la tuberculosis era una enfermedad que produjo grandes cambios, y que llevó a los ciudadanos a plantearse cómo se podrían organizar para combatir juntos los embates de una enfermedad muy seria y contagiosa que estaba acabando con la población.
Así que, unos neumólogos se reunieron y decidieron crear una entidad que colaborará para tratar de separar a una parte de la población, y así evitar que no se siguieran contagiando con esta enfermedad que segregaba, causaba desconcierto y todo lo propio de una epidemia..
En 1931 la organización se llamó la Sociedad Antituberculosa de Puerto Rico. Luego, en una búsqueda continua por sumar esfuerzos se afilió a la American Tuberculosis association, que había sido creada con este mismo propósito en 1907 y que en Puerto Rico se fundó como la Asociación Puertorriqueña del Pulmón. Cuando se afilió a la organización de Estados Unidos fue con el propósito de buscar una cura para esta enfermedad.
Para recaudar fondos la entidad de Estados Unidos, diseñó y lideró una campaña de sellos de navidad y eso se le enviaba a todos los ciudadanos en Estados Unidos y Puerto Rico como iniciativa para poder combatir la tuberculosis en aquel tiempo.
La asociación ha logrado importantes cambios a lo largo de la historia, logró que se abrieran los primeros sanatorios en Puerto Rico para ubicar a estos enfermos allí y como parte de su compromiso les proveía ayuda económica, educación y servicios de radiografía, para determinar el diagnóstico y la progresión de la enfermedad.
En 1954, la ciencia logra crear un medicamento para curar la tuberculosis y luego de encontrar la cura, la asociación determinó que podía seguir funcionando, por medio de servicios, apoyo y educación a pacientes que tuvieran otras enfermedades o condiciones pulmonares.
Posteriormente, en el año 1968 la asociación cambió nuevamente su nombre a Asociación General Tuberculosa de Puerto Rico y Otras Enfermedades Respiratorias. No obstante, años después, en 1974 la organización se reestructura y decide llamarse como es conocida actualmente Asociación Puertorriqueña del Pulmón.
En el año 2008 y debido a cambios políticos, la Asociación Puertorriqueña del pulmón decide desafiliarse de la American Tuberculosis association y empieza a vivir de fondos diversos. En especial sus aportes provienen de la comunidad, de las donaciones y en especial de personas que han decidido incluir a la organización en sus testamentos, para luego contribuir con parte de su caudal económico.
No obstante, al igual que otras entidades, en estos momentos de pandemia, se ha hecho difícil la sustentabilidad. Debido al revés de la historia la recaudación de fondos se ha hecho cuesta arriba. Pero, su directora ejecutiva Laura Vélez, indicó que cuentan con el apoyo de las farmacéuticas, la comunidad en general y algunas aportaciones del gobierno.
La satisfacción de saber que contribuyen al bienestar de las personas les recuerda que su rol en la sociedad tiene un gran impacto. De esta manera, Vélez continúa con orgullo el compromiso desde el liderato de la asociación como una organización generadora de cambios y aportes positivos a la sociedad.
“Cuando tenemos una persona que nos dice que le ayudamos a mantener mejor su salud, y a mantener su salud es para nosotros nuestra mayor satisfacción, que lo que uno hace tiene un valor. Cuando vemos a estas personas pacientes de enfermedades pulmonares crónicas que se sienten tan empoderados de su salud y tan acompañados de otras personas que están padeciendo las mismas condiciones, es una satisfacción enorme. Que somos la asociación más antigua y que todavía estamos en pie a pesar de todas las cosas que han ocurrido es una satisfacción que no tiene nombre.” Concluyó Vélez.