A los mecanismos de resistencia bacteriana a los fármacos que evitan su propagación se le suma un nuevo proceso descubierto en un reciente estudio y que plantea la necesidad de tratamientos multifármacos.
Agencia SINC
Científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Maryland Baltimore County han descrito un nuevo método capaz de originar resistencia a fármacos antibacterianos sintéticos mucho antes de su invención y en ausencia de sustancias análogas naturales que favorezcan la aparición de genes de resistencia. El estudio ha establecido que los genes de resistencia a sulfamidas aparecieron hace millones de años, a partir de una mutación en el gen diana de este fármaco.
Un equipo de investigadores ha descubierto un nuevo proceso capaz de generar resistencia a fármacos antibacterianos sintéticos en poblaciones bacterianas mucho antes de su uso clínico. El trabajo, liderado por Jordi Barbé, del grupo de Microbiología Molecular de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) e Ivan Erill, del departamento de Biología de la Universidad de Maryland Baltimore County (UMBC), se ha publicado en Frontiers in Microbiology.
Los investigadores han analizado el gran volumen de genomas bacterianos disponibles para identificar el origen de los elementos genéticos móviles portadores de resistencia a sulfamidas que se detectan frecuentemente en superbacterias en los hospitales.
Mediante el análisis comparativo de secuencias y técnicas filogenéticas, han podido establecer que los genes de resistencia a sulfamidas aparecieron en dos familias de bacterias del suelo (Rhodobiaceae y Leptospiraceae) hace más de 600 millones de años, a partir de una mutación en el gen diana de este fármaco. Los genes identificados fueron movilizados rápidamente y transferidos a otras bacterias, a partir del uso masivo de la sulfamida en la agricultura y en clínica, a mediados del siglo XX.
Una resistencia inesperada
Los fármacos antibacterianos sintéticos como la sulfamida se crean a partir de sustancias químicas diseñadas íntegramente en el laboratorio, mientras que los antibióticos están basados en las producidas por microorganismos como virus, hongos, levaduras o bacterias.
En la naturaleza se pueden encontrar genes de resistencia a los antibióticos antes de su aplicación clínica, porque los mismos microorganismos los generan frente a las sustancias antibacterianas de sus competidores. Pero no es tan esperable que este fenómeno tenga lugar con los fármacos sintéticos. Y en ningún caso se ha hallado un proceso como el descrito en este estudio, identificando una mutación en el gen diana del fármaco, afirman los investigadores.
La sulfamida fue el primer antibacteriano sintético introducido en el ámbito clínico en la primera mitad del siglo pasado. Actualmente se usa en la primera línea de intervención clínica, junto con otros fármacos, sobre todo en países en desarrollo. También se utiliza mucho como tratamiento preventivo en agricultura.