Los fármacos anticolinérgicos ayudan a contraer y relajar los músculos bloqueando la acetilcolina, una sustancia química que transmite mensajes en el sistema nervioso
Una nueva investigación, realizada por expertos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y financiada por la NIHR School for Primary Care Research, ha detectado un aumento de casi un 50 por ciento en el riesgo de demencia entre los pacientes mayores de 55 años que habían usado una fuerte medicación anticolinérgica diaria durante tres años o más.
Los fármacos anticolinérgicos ayudan a contraer y relajar los músculos bloqueando la acetilcolina, una sustancia química que transmite mensajes en el sistema nervioso. Se recetan para tratar una variedad de afecciones, desde la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, afecciones de la vejiga, alergias o trastornos gastrointestinales hasta síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios a corto plazo, que incluyen confusión y pérdida de memoria, pero estaba menos claro si su uso a largo plazo aumenta el riesgo de demencia.
La investigación, publicada en la revista « JAMA Internal Medicine» y dirigida por la profesora Carol Coupland de la División de Atención Primaria de la Universidad, examinó los registros médicos de 58.769 pacientes con diagnóstico de demencia (tenían una edad promedio de 82 años y el 63% eran mujeres) y 225.574 pacientes sin diagnóstico de demencia, todos por encima de los 55 años, entre el 1 de enero de 2004 y el 31 de enero de 2016.
Los hallazgos del estudio mostraron mayores riesgos de demencia para los fármacos anticolinérgicos en general y específicamente para los antidepresivos anticolinérgicos, los antipsicóticos, los fármacos antiparkinsons, los fármacos para la vejiga y los medicamentos para la epilepsia, después de considerar otros factores de riesgo para la demencia.
No se encontraron mayores riesgos para los otros tipos de fármacos anticolinérgicos estudiados, como los antihistamínicos y los fármacos gastrointestinales.
«Este estudio proporciona evidencia adicional de que los médicos deben tener cuidado al recetar ciertos medicamentos que tienen propiedades anticolinérgicas. Sin embargo, es importante que los pacientes que toman medicamentos de este tipo no los interrumpan abruptamente, ya que esto puede ser mucho más perjudicial. Si los pacientes tienen inquietudes, deben consultarlos con su médico para considerar los pros y los contras del tratamiento que reciben», explica el profesor Tom Dening, jefe del Centro de Demencia de la Universidad de Nottingham y miembro del equipo investigador.
La exposición a fármacos anticolinérgicos se evaluó mediante la información de prescripción durante un período completo de 10 años, de 1 a 11 años antes del diagnóstico de demencia o las fechas equivalentes en pacientes de control, y se comparó entre los dos grupos. Un análisis más detallado examinó las prescripciones de fármacos anticolinérgicos hasta 20 años antes del diagnóstico de demencia.
Este es un estudio observacional, por lo que no se pueden extraer conclusiones firmes sobre si estos medicamentos anticolinérgicos causan demencia, y es posible que los medicamentos se recetasen para síntomas muy tempranos de la demencia.
«Nuestro estudio agrega evidencia adicional de los riesgos potenciales asociados con los fuertes medicamentos anticolinérgicos, en particular los antidepresivos, los medicamentos antimuscarínicos para la vejiga, los medicamentos contra el Parkinson y los medicamentos para la epilepsia», asegura el profesor Coupland.
«Los profesionales de la salud deben considerar cuidadosamente los riesgos de este tipo de medicamento junto con los beneficios cuando se recetan los medicamentos y se deben considerar tratamientos alternativos donde sea posible. Estos hallazgos también destacan la importancia de realizar revisiones periódicas de medicamentos», apunta el profesor Coupland.
Los investigadores encontraron que el mayor riesgo se daba en las personas diagnosticadas con demencia antes de los 80 años, lo que indica que los medicamentos anticolinérgicos «deben recetarse con precaución tanto en personas de mediana edad como en personas mayores», advierte el investigador.
El aumento del riesgo asociado con estos fármacos indica que si la asociación es causal, alrededor del 10% de los diagnósticos de demencia podrían atribuirse a la exposición a fármacos anticolinérgicos, que equivaldría a aproximadamente 20.000 de los 209.600 nuevos casos de demencia por año en el Reino Unido.
Esta es una proporción considerable, comparable con otros factores de riesgo modificables para la demencia, que incluyen un 5% para la hipertensión de la mediana edad, un 3% para la diabetes, un 14% para el tabaquismo y un 6,5% para la inactividad física.