Dolor, rigidez, hinchazón de algunas articulaciones... todos estos son síntomas que comparten la artritis y la artrosis en distinta medida pero, a pesar de lo que mucha gente cree, no son la misma enfermedad.
De hecho, las similitudes se reducen a algunos de sus síntomas y a que ambas patologías afectan a las articulaciones. El resto son todo diferencias. Desde las causas a la edad de incidencia, hasta que una puede llegar a desaparecer y la otra no. Resumimos las principales que señalan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el servicio de salud público británico (NHS, por su sigla en inglés). Diferencias1. La artrosis La OMS estima que alrededor de un 28% de la población mundial mayor de 60 años la padece y, además, para cerca del 80% supone una limitación de su capacidad motora. Es una enfermedad reumática frecuente y su incidencia va en aumento, advierte este organismo, que cree que se convertirá en la cuarta causa por discapacidaden 2020. La artrosis no tiene posibilidades de remitir. Es una enfermedad incurable porque es degenerativa, aparece por causa del envejecimiento y al igual que cuando uno se hace viejo no puede rejuvenecer, tampoco puede librarse de la artrosis una vez la tiene.- El dolor se puede presentar en cuello, cadera, manos, rodilla y dedo gordo del pie.
- Afecta principalmente a gente entre los 40 y los 60 años aunque puede haber algún caso de persona joven que la tenga.
- Es una enfermedad crónica no autoinmune que consiste en el desgaste progresivo e irreversible de las articulaciones.
- Ataca al cartílago.
- Su principal síntoma es la rigidez y, aunque puede causar inflamación, no es lo más común.
- Además de dolor intermitente en la articulación, no se presentan otros síntomas en el resto del cuerpo.
- El dolor empeora con la movilidad.
- Ataca a la membrana sinovial.
- En este caso, la inflamación sí es su principal síntoma.
- Se puede dar a cualquier edad, incluido en niños; aunque lo más común es entre personas de entre 20 y 40 años.
- La pueden causar enfermedades inmunológicas, infecciosas como la gota, traumatismos, la presencia de gérmenes o incluso el estrés y el tabaquismo.
- Además de dolor continuado en la articulación, puede presentar otros síntomas como fiebre, malestar, cansancio, inapetencia y pérdida de peso.
- Hay mucha rigidez de la parte afectada y el reposo aumenta el dolor.