Padecía situs inversus, una malformación genética que provoca que los órganos vitales estén colocados en el cuerpo como si se vieran en un espejo
Rose Marie Bentley ha entrado en la historia de la Medicina, aunque lleve más de un año muerta. Tenía 99 años cuando falleció y su cuerpo fue utilizado por estudiantes para sus clases en la universidad. Ellos no sabían su nombre, ya que las personas que ofrecen sus cuerpos a la ciencia lo hacen con absoluta privacidad, pero su caso trascendió por ser único.
Rose Marie Bentley murió por causas naturales pero cuando abrieron su cuerpo se dieron cuenta de que padecía situs inversus, una malformación genética que provoca que los órganos vitales estén colocados en el cuerpo de forma inversa, como si se vieran en un espejo. Por eso, también sufría levocardia, la condición médica por la que el corazón está colocado en el hemitórax izquierdo en vez del derecho.
Cameron Walker, profesor que imparte Fundamentos de Anatomía Clínica en la Universidad de Oregón, explica a la CNN que “las probabilidades de encontrar a otra persona como ella pueden ser tan remotas como una de cada 50 millones. No creo que ninguno de nosotros lo olvide, lo digo honestamente”.
En esta imagen se puede ver en que consiste esta condiciónUna condición única
El grupo de alumnos que se encontró con Rose Marie estaba formado por un estudiante de 26 años llamado Warren Nielsen y otros cuatro compañeros. El propio Nielsen recuerda que nada más abrir el cuerpo se dieron cuenta de que algo no era normal: “A su corazón le faltaba una vena grande que normalmente está en el lado derecho. ¿Dónde está la vena cava interior? ¿Nos estamos perdiendo? ¿Estamos locos?”
Los profesores no se creían que los alumnos no fueran capaces de encontrar algo tan sencillo, pero cuando llegaron hasta su mesa “pusieron los ojos en blanco. Se estaban preguntando: ‘¿Cómo pueden estos estudiantes no verla?’ Se acercaron y ahí es cuando comienza el bullicio. ‘Oh, Dios mío, ¡esto está totalmente al revés!'”.
El profesor Walker explica que no sólo esa vena estaba fuera de su sitio: “En lugar de tener un estómago a la izquierda, que es lo normal, estaba a la derecha. Su hígado, que normalmente se sitúa predominantemente a la derecha, estaba predominantemente a la izquierda. Su bazo estaba en el lado derecho en lugar de a la izquierda. Y luego el resto de su tracto digestivo, el colon ascendente, también estaba invertido”.
Casos excepcionales
Pero aún había más: el pulmón derecho tenía solamente dos lóbulos, en lugar de tres; la aurícula derecha del corazón tenía el doble del tamaño normal; y había venas que faltaban o que salían de un lugar poco habitual. El ‘situs inversus’ afecta a 1 de cada 22.000 bebés y va asociado a una cardiopatía congénita grave, por lo que apenas sobrevive el 10 por ciento de ellos después de los 10 años.
Hasta conocer el caso de Rose Marie, la persona más longeva conocida era un señor de 73 años, pero nunca había vivido nadie, que se sepa, hasta casi los 100 años con esa condición médica. Y eso se produjo, según el profesor Walker, porque no tenía defectos cardiacos, por lo que se alargó su vida.
Ginger Robbins, la tercera hija de Rose Marie y que tiene 76 años, explica que “no teníamos ninguna razón para creer que hubiera algo así. Ella siempre estuvo muy saludable. Siempre estaba haciendo algo, llevándonos a lugares, pescando, nadando. Era una excelente nadadora”. Según Louise Alle, su cuarta hija, sólo hubo una pista: “El cirujano anotó que su apéndice no estaba en el lugar correcto cuando lo sacaron, pero nunca nos dijo nada, tampoco cuando le sacaron la vesícula biliar ni cuando le hicieron una histerectomía”.