Crisis de opioides supera en cifras a la epidemia del VIH

La tasa de mortalidad asociada al incremento del uso de estas sustancias "ha superado la de la epidemia de sida en su punto máximo a principios de la década de 1990", momento en que "no había un tratamiento eficaz para el VIH o sida"

Por: Medicina y Salud Pública


Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública

La masificación del uso de opioides es una cifra que cada día se incrementa y para el cuál no se tienen soluciones concretas. De acuerdo con Silvia Martins, profesora de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), la tasa de mortalidad asociada al incremento del uso de estas sustancias "ha superado la de la epidemia de sida en su punto máximo a principios de la década de 1990", momento en que "no había un tratamiento eficaz para el VIH o sida"

Este hecho preocupa a los profesionales de la salud, puesto que las estrategias para combatir esta nueva epidemia, como se ha nombrado a esta crisis de salud pública, no solamente dependen de la medicina. Ante este caso, también es necesario revisar las políticas sociales y crear estrategias de acción en conjunto con las ciencias de la salud, de acuerdo con estudios previos publicados en la misma institución sobre el VIH y su tratamiento.

La afirmación de la Dra. Martins y los datos previamente expuestos fueron publicados en el 'New England Journal of Medicine', en un artículo en el que se exponen los éxitos y fracasos de la lucha contra el sida, en materia médica, para ponerlos en práctica ante esta situación que agobia a millones de personas alrededor del mundo. Según la publicación original, se proponen algunas estrategias para reducir el consumo de opioides y hacerle frente, ya que -como se menciona en el artículo- más de 2 millones de estadounidenses sufrieron trastornos asociados al consumo de opioides de 2016 y la tasa de muertes por sobredosis de opioides ha aumentado en un 500% desde 1999.

Es imprescindible actuar con eficacia

En el artículo, los realizadores del estudio dan a conocer un plan de acción que consta de cinco puntos. Para empezar, lo más necesario es ennumerar las barreras sociales económicas, culturales, entre otras que ayuden a la mayoría de la población (80%) que desarrolló  trastornos asociados a opioides y que no están sometidas a ningún tratamiento. "La existencia de un tratamiento médico eficaz no significa que las personas que necesitan tratamiento puedan obtenerlo y así lo obtendrán", explica Caroline Parker, investigadora y experta del departamento de Ciencias Sociomédicas para el diario infosalus.com.

El paso siguiente o segundo punto del plan de acción es dejar de tratar a cada paciente de manera individual. Se deben revisar los factores que inciden en la atención poblacional como el deterioro de la economía, la falta de distribución o acceso a medicamentos, los fallos en la regulación de las farmacéuticas y la atención en salud con fines de lucro con el fin de apoyar a los pacientes y reducir la propagación de la crisis de opioides, no solamente en Estados Unidos sino en el resto de países afectados con este mal.

El tercer paso es -al igual que se continúa haciendo con el VIH / sida- es abordar la discriminación y romper el estigma hacia las personas afectadas por el abuso de opioides. Como medida fundamental, se debe realizar un tratamiento legal y comunitario para no violentar los derechos de personas que deben recibir un tratamiento especial. "Es fundamental involucrar a las familias y comunidades afectadas en la formulación de políticas y el cambio de legislación para detener la criminalización de los trastornos por uso de sustancias", mencionó Parker.

Como ya se realiza para los pacientes de VIH, es importante destacar el rol de la familia y los cuidadores no solo en la adherencia al tratamiento sino en las mejorías de la calidad de vida de los afectados con el virus. El último paso es disponer de redes sociales, reconocer el aporte del activismo para permitir que todos los pacientes que integran la epidemia del uso de opioides, accedan con facilidad a los tratamientos disponibles para ellos. Este paso, por ejemplo, fue crucial para los pacientes con VIH, ya que así se logró su acceso al tratamiento antorretroviral que se usa hoy en día. Esta falta de equidad "debería llamar la atención de la sociedad sobre la importancia de los factores sociales para determinar quién se beneficia de las terapias biomédicas eficaces", añadió Parker a infosalus.com.

Aunque la asignación económica para tratar con éxito la crisis de opioides es millonaria, hace falta que los recursos realmente estén vinculados con soluciones médicas.  Solo "aprendiendo de los fallos y los éxitos de la respuesta al virus se puede aprovechar el apoyo para garantizar que la respuesta a los opioides beneficie a todos los sectores de la sociedad", concluyó Silvia Martins.



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