Con el desarrollo de un método para medir el nivel de azúcar sin dolor, alumnos de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara ganaron medalla de plata en una competencia internacional de Biología Sintética.
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Con el desarrollo de un método para medir el nivel de azúcar sin dolor, alumnos de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara ganaron medalla de plata en una competencia internacional de Biología Sintética.
Ante 6 mil participantes de 5 continentes, el equipo de 18 estudiantes del Tecnológico de Monterrey, representó a México en International Genetically Engineered Machine (iGEM) 2019, en Boston.
La investigación establece una herramienta para medir los niveles de glucosa de una forma fácil, práctica, sin dolor y de manera no invasiva.
Los mexicanos trabajan en la elaboración de una biotinta de Gliksys -similar a una pluma- hecha con microorganismos vivos, que calcula la glucosa y mediante el color muestra su cantidad en la sangre. Tiene un pigmento fluorescente y quieren ponerle uno que se puede ver a simple vista. La tinta va a dar cierta tonalidad y eso va relacionado con los niveles de glucosa que hay en la sangre.
Nuevo enfoque
Con este nuevo enfoque de investigación para la Monitorización Continua de Glucosa (MCG) se podrá implementar fácilmente la medición, sin la necesidad de algún equipo especializado.
Por su parte, Triana Mayra Sánchez, otra de las participantes del proyecto, manifestó que “estamos muy contentos porque las partes biológicas -constructos- que estamos estandarizando van a hacer posible el diseño de la biotinta”.
Prototipo
Actualmente estamos diseñando el prototipo enfocados en la pluma que se pone rápido para situaciones de emergencia, que no haya tiempo de tomar glucosa en sangre.
“En cuestión de investigación estamos validando la prueba de concepto y vamos a entrar al desarrollo del experimento y del prototipo inicial”, dijo.
Ana Cristina Figueroa Ramírez, estudiante de noveno semestre de IBT y asesora del proyecto explicó que: “mi rol como asesora fungió a través de diseño de -constructos- es decir secuencias de material genético con cierta lógica”, puntualizó Cristina Figueroa,
“Gracias a que concursé el año pasado me permitió asesorarlos en esta investigación”, agregó Cristina Figueroa. quien junto con su equipo de investigación “Lactobachill” obtuvieron medalla de bronce, en iGEM 2018.
Luego de esta distinción internacional, el equipo de 18 jóvenes universitarios continuarán su investigación en el laboratorio del campus Guadalajara.