Cómo darte cuenta que tienes hígado graso

La esteatosis o el comúnmente llamado “hígado graso” es la acumulación de grasas en la célula hepática.

Por: Medicina y Salud Pública


Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

La esteatosis o el comúnmente llamado “hígado graso” es la acumulación de grasas en la célula hepática. También existe otro tipo de hígado graso, que está dado por la ingesta de alcohol, al que se denomina esteatosis alcohólica, pero esta no es su única causa.

Se trata de una patología en aumento porque está asociada a la obesidad, la hipertensión y el colesterol alto. Es una complicación que puede presentarse cuando hay exceso de grasa en la zona abdominal: las células adiposas pierden la capacidad de almacenarla y se infiltra en órganos vecinos.

Las señales de alerta

Aunque hay personas que no presentan síntomas, existen factores clave que deben implicar una consulta médica:

  • Si eres mujer, de mediana edad, con sobrepeso, con trastornos de azúcar en el metabolismo (diabetes) o de grasas (colesterol y triglicéridos), tus posibilidades de padecer hígado graso aumentan.
  • Los genes también influyen. No es una enfermedad hereditaria, pero sí hay cierta predisposición genética a desarrollarla. Además, con frecuencia en una familia se comparten hábitos de alimentación que pueden favorecer su aparición.
  • Más de la mitad de los pacientes con hígado graso presentan fatiga persistente o malestar en el cuadrante superior derecho del abdomen, o ambas cosas.
  • A la hora del examen físico, las personas muestran un agrandamiento indoloro del hígado. Por lo general son diagnosticados cuando acuden al médico por una elevación inexplicable y persistente de los valores de las pruebas hepáticas. Todo esto viene acompañado de varios índices que se ven alterados, como el de las enzimas hepáticas, que llegan a duplicarse y hasta triplicarse a la par de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos.

Qué hacer para ganar la batalla

  • Si quieres cuidar el hígado, la batalla comienza por reducir los azúcares refinados, los carbohidratos, las grasas de origen animal y el alcohol. Comer más verduras, pescados, yogur y frutos secos.
  • Si eres de esas personas que conocen todas las dietas, la mediterránea es probablemente una de las más sanas para evitar el hígado graso y, al mismo tiempo, disminuir el riesgo cardiovascular.
  • La actividad física es otra aliada contra la esteatosis.

Claves para prevenir

  • Evita el consumo de alcohol.
  • A menos que sea indispensable, no tomes medicamentos dañinos para tu hígado como los analgésicos, antiinflamatorios o estrógenos.
  • Reducí tu peso en forma gradual. Nunca lo hagas de manera vertiginosa, porque puede empeorar más el cuadro.
  • Vacunate contra la hepatitis A y B.
  • Aumenta la ingesta de antioxidantes.

Por el doctor Fernando San Cristóbal.



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