Un estudio europeo coordinado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que una microbiota sana contribuye a regular el apetito
El proyecto MyNewGut, coordinado por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos, muestra la influencia de la microbiota intestinal en el balance energético que regula el peso corporal y en la función cerebral. Las bacterias identificadas pueden dar lugar a nuevos probióticos para combatir la obesidad y el estrés, y sus complicaciones, como el síndrome metabólico y la depresión.
Un estudio europeo coordinado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que una microbiota sana contribuye a regular el apetito, el metabolismo de nutrientes como la glucosa, el peso corporal y la inflamación asociada a la obesidad. Además, también ha demostrado la influencia en el neurodesarrollo y la respuesta al estrés, que a su vez influye en el futuro riesgo de desarrollar patologías crónicas metabólicas y mentales.
Además, han demostrado que el uso de antibióticos en los primeros días de vida, en niños nacidos por cesárea, tiene conjuntamente un impacto negativo en el neurodesarrollo. “Esto es importante, dada la relación entre el estrés y un mayor riesgo de sufrir enfermedades mentales (como la depresión) y metabólicas (como las patologías cardiovasculares), especialmente teniendo en cuenta que el número de partos por cesárea está aumentando en todo el mundo”, señala.
En la UE el porcentaje de partos por cesárea excede el 30%, mientas que la OMS recomienda que no se supere el 12%. En modelos experimentales, también han demostrado que la microbiota es responsable de la depresión asociada a la obesidad, y que su modulación (por ejemplo, con probióticos o antibióticos) mejora las alteraciones del estado de ánimo.
“En base a todos estos estudios, el equipo del IATA-CSIC ha generado un biobanco de bacterias intestinales humanas, que constituye un valioso material biológico, que podrá ser explotado para combatir la obesidad y las complicaciones metabólicas y mentales asociadas y para otras futuras aplicaciones en nutrición y en la práctica clínica”, concluye Sanz. Algunas de estas bacterias demuestran regular vías endocrinas, neurales e inmunológicas claves (representadas en la figura) y son el origen de nuevas patentes.