Entre los diversos cargos que ha ocupado, fue presidente de la Junta Examinadora de Psicólogos de Puerto Rico.
Los senderos de la vida a veces conducen por rutas que conducen a lugares inesperados.
Así lo ha experimentado uno de los editores de la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), el doctor José Pons Madera, quien, del 1978 al 1981, se convirtió en asistente de docencia del doctor Carlos Albizu en el entonces Centro Caribeño de Estudios Posgraduados, cuando le fue necesario hacer una pausa en sus estudios de doctorado en los Estados Unidos para atender en la Isla a su esposa y madre de sus niñas, quien sufría una dolencia de salud.
La mayor, Glenda Pons, trabaja en seguridad industrial en la Universidad de Masschusetts en Amherst. Está a cargo de la oficina que provee los químicos y reactivos a sobre 900 laboratorios de la universidad.
La segunda, Sonia Noemí Pons, tiene doctorado en Psicología Clínica, es mayor en la fuera aérea americana y tiene especialidad en Psicología Militar. Reside en Georgia. Y la menor, Hilda Pons, tiene maestría en trabajo social y es supervisora en la oficina de Holyoke, MA, del Departamento de Niños y Familias del estado.
Su hijastra, Nydia Cappas, tiene doctorado en psicología clínica y post doctorado de Yale University, se especializa en Psicología de la Salud. Es profesora en los programas doctorales de la Escuela de Ciencias Conductuales y Neurales de la Ponce Health Sciences, fundados por el doctor Pons y su esposa, la doctora Nydia Ortiz.
Su hijastro, Carlos Cappas, tiene un doctorado en Psicología Clínica y post doctorado de la escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts en Worcester. Se especializa en Psicología de la Salud y trabaja en Children's Hospital en Boston.
Y su esposa fue decana de Estudiantes de la Escuela de Medicina de Ponce y al presente es Decana Interina de la Escuela de Ciencias Conductuales y Neurales de la Ponce Health Sciences University.
Pons Madera también habló con un dejo de humor acerca de la dinámica de las reuniones familiares, por haber varios sicólogos juntos, aunque confesó que es objeto de bromas entre ellos.
En cuanto a la música, una de sus hijas toca clarinete, otra toca flauta, el hijo de su esposa toca piano y guitarra, y la hijastra, canta. “Eso es lo que más satisfacción y orgullo me da”, dijo el también abuelo de seis, quienes son muy aplicados en sus estudios.
Acerca de este nuevo reto, le dijo a la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) que “esta es la etapa de la integración de todas mis experiencias personales y profesionales, de todo lo que he aprendido sobre educación, ciencias, y pedagogía para ponerlo al servicio de esta Universidad y ayudar a materializar todas y cada una de las metas y aspiraciones del doctor Albizu.
A través de eso, lograr un cambio, y para lograr el mejoramiento de la salud mental del País y otros países del hemisferio. Eso es lo que quiero lograr, y ser mejor persona y poder apreciar las personas que colaboran conmigo y lo afortunado que he sido, que he podido llegar a donde he llegado; eso es lo que quisiera”.