Un estudio reciente ha encontrado que personas con orígenes genéticos americanos y europeos son más propensas a experimentar reacciones adversas a diversos fármacos.
Por: Laura Guio
El Instituto de Biología Evolutiva (IBE) abre nuevas perspectivas para la medicina personalizada, con su investigación considerando la herencia genética para tratamientos más precisos y seguros, debido a que, en la actualidad, la genética suele pasar desapercibida en la prescripción de medicamentos, a pesar de su influencia crucial en la eficacia y seguridad de los tratamientos farmacológicos.
Las consecuencias son alarmantes, pues las reacciones adversas a los medicamentos se encuentran entre las principales causas de enfermedad y mortalidad mundial, ocupando el cuarto a sexto lugar en la lista de causas de muerte más comunes.
El estudio analizó 1.136 variantes genéticas relacionadas con la toxicidad de seis grupos de fármacos en 3.714 individuos de todo el mundo. Los investigadores utilizaron herramientas de inteligencia artificial para identificar patrones y correlaciones entre las variantes genéticas y la ascendencia geográfica.
Resultados de la investigación
El equipo analizó la frecuencia de alelos (formas alternativas de un gen) implicados en la aparición de efectos adversos con seis grupos de fármacos distintos.se ha encontrado que las poblaciones americanas y europeas tienen un mayor riesgo de toxicidad con fármacos cardiovasculares y antimicrobianos.
Además, las poblaciones americanas también presentan un mayor riesgo de efectos adversos con antidepresivos y analgésicos, mientras que las poblaciones europeas son más propensas a sufrir reacciones adversas con inmunosupresores y anticancerosos.
Por otro lado, las poblaciones asiáticas y oceánicas muestran un menor riesgo de toxicidad en todos los grupos de fármacos estudiados, lo que sugiere una mayor tolerancia a estos medicamentos en estas poblaciones.
Un paso hacia la medicina personalizada
Los resultados sugieren que la farmacogenética podría ser una herramienta clave para la medicina personalizada, permitiendo a los médicos adaptar los tratamientos a las necesidades individuales de cada paciente.
El investigador principal, Òscar Lao, destacó que "la información genética puede ayudar a personalizar los tratamientos, potenciar sus beneficios y minimizar sus riesgos y efectos secundarios".
El estudio tiene implicaciones importantes para la salud pública, ya que podría llevar al desarrollo de pruebas genéticas sencillas para identificar a pacientes vulnerables a efectos secundarios graves de ciertos medicamentos.
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