Fármacos como ibuprofeno, paracetamol y naproxeno, incluso sin antibióticos, pueden inducir cambios genéticos en bacterias que favorecen la resistencia.
Por: Katherine Ardila
Una investigación de la Universidad de Australia Meridional ha descubierto que medicamentos de uso común como el ibuprofeno y el paracetamol están contribuyendo al desarrollo de resistencia antibiótica, considerado actualmente como una de las mayores amenazas para la salud global.
El estudio, publicado en la revista 'npj Antimicrobials and Resistance', demuestra por primera vez cómo estos fármacos fomentan individualmente la resistencia bacteriana, pero además la amplifican peligrosamente cuando se administran conjuntamente.
Mecanismos de resistencia potenciados en E. coliLa investigación se centró en analizar la interacción entre medicamentos no antibióticos y el antibiótico de amplio espectro ciprofloxacino frente a la bacteria Escherichia coli, responsable de infecciones intestinales y del tracto urinario.
Los resultados fueron alarmantes: Cuando las bacterias se expusieron a la ciprofloxacina junto con ibuprofeno y paracetamol, desarrollaron más mutaciones genéticas que con el antibiótico solo, lo que les ayudó a crecer más rápido y a volverse altamente resistentes.
Este fenómeno no se limitó a un único antibiótico, ya que las bacterias no solo eran resistentes al antibiótico ciprofloxacina, sino que también se observó un aumento de la resistencia a otros muchos antibióticos de diferentes clases.
Activación de defensas bacterianas y mecanismos genéticosEl estudio profundizó en los mecanismos moleculares responsables de este preocupante fenómeno. La profesora asociada Rietie Venter, investigadora principal del estudio, explicó que tanto el ibuprofeno como el paracetamol activan las defensas de las bacterias para expulsar los antibióticos y hacerlos menos eficaces.
Este hallazgo representa un avance crucial en la comprensión de cómo los medicamentos no antibióticos pueden interferir con la eficacia de los tratamientos antimicrobianos, complicando aún más el panorama de la lucha contra las infecciones bacterianas.
La investigación alerta especialmente sobre el impacto en adultos mayores que reciben múltiples medicamentos. Los antibióticos han sido durante mucho tiempo fundamentales en el tratamiento de enfermedades infecciosas, pero su uso excesivo y abusivo generalizado ha provocado un aumento mundial de las bacterias resistentes a los antibióticos", afirmó el profesor asociado Venter. Y añadió: "Esto es especialmente frecuente en las residencias de ancianos, donde es más probable que a las personas mayores se les receten múltiples medicamentos, no solo antibióticos, sino también fármacos para el dolor, el sueño o la presión arterial, lo que las convierte en un caldo de cultivo ideal para que las bacterias intestinales se vuelvan resistentes a los antibióticos.
Amplio espectro de fármacos evaluadosEl estudio analizó nueve medicamentos de uso común en entornos geriátricos, incluyendo ibuprofeno (analgésico antiinflamatorio), diclofenaco (antiinflamatorio para artritis), acetaminofén (paracetamol para dolor y fiebre), furosemida (para hipertensión arterial), metformina (para diabetes), atorvastatina (para reducir colesterol), tramadol (analgésico potente), temazepam (para problemas de sueño) y pseudoefedrina (descongestionante).
Esta amplia evaluación permitió comprender la magnitud del problema de la polifarmacia en el desarrollo de resistencias.
El profesor Venter señaló que Este estudio es un claro recordatorio de que debemos considerar cuidadosamente los riesgos de utilizar múltiples medicamentos, especialmente en el cuidado de personas mayores, a las que a menudo se les prescribe una combinación de tratamientos a largo plazo.
Los investigadores aclaran que estos hallazgos no significan que deba suspenderse el uso de estos medicamentos, pero sí exigen mayor conciencia sobre sus interacciones con antibióticos.