Después de haberse sometido a una cirugía a corazón abierto cuando era niña, la enfermera Rodríguez tomo la decisión de dedicarse a esta profesión.
Por: Sergio Nicolás Ortiz Cortés
Cuando la enfermera Karen Rodríguez tenía 11 años, recuerda estar en el colegio y querer correr una maratón, para ese momento a todos debían pasar por un chequeo médico regular.
Sin tener conocimiento de lo que estaba pasando, la persona que le estaba haciendo la revisión le pregunto que si ella tenía alguna condición cardiaca, a lo que ella respondió no tener conocimiento de eso.
Resulta que su pediatra nunca le había comentado a sus padres que ella contaba con tres soplos cardiacos. Su caso era grave, después de un cateterismo los especialistas descubrieron que se trataba de una coartación en la aorta la cual era de tipo congénita.
“Los médicos se dieron cuenta de que yo no tenía pulso de la cintura para abajo, ellos no se explicaban de como yo estaba caminando. Después de algún tiempo les comentaron a mis padres que debían operarme de emergencia, todo paso tan rápido que un día yo estaba en Puerto Rico y al otro ya estaban operándome en Miami” comenta la enfermera Rodríguez.
Antes de la operación la enfermera Karen recuerda ser una niña muy activa, quien montaba bicicleta, montaba patines, además pertenecía a un equipo de natación. Después de la operación, tuvo que dejar todas estas actividades a un lado y dedicarse a cuidarse y a consumir los medicamos por recomendación de los médicos.
“Mis padres tuvieron que tomar una decisión, ya que yo estaba en riesgo de morir, en ese momento les preguntaron si querían que la intervención me la realizaran por la parte del pecho o por la espalda, a lo que ellos sin pensarlo decidieron que la cirugía de corazón abierto me la realizaran por la espalda, porque no querían que todos los días me viera esa cicatriz” afirmo la enfermera Karen.
Para el año 2012, la enfermera Rodríguez empezó a trabar con el cardiólogo Edwin Rodríguez, tiempo después empezó a sentir dolores de cabeza muy fuertes y presión arterial elevadas (entre 160 sobre 110) lo que resulto ser una neurisma.
La enfermera Karen tuvo que entrar nuevamente a sala de operaciones, donde fue intervenida por el doctor Rodríguez con un proceso endovascular corrigiendo nuevamente la falla poniéndole un stent en el área afectada.
A Rodríguez le llamo la atención la manera en que los médicos y las demás enfermeras la atendían y ayudaban a los demás, por esto decidió dedicarse a esta profesión, exactamente en el área pediátrica.
“Los padres necesitan orientación de que es lo que tienen sus niños, de que es lo que padecen y un buen trato. Hasta el son de hoy como digo yo, el cielo es el límite y seguimos orientando y estudiando” concluyó.
Puede ver la entrevista con la enfermera Rodríguez aquí: