Desde la hora en la cual consumes la comida, hasta los factores genéticos y hormonales pudiesen estar influyendo en la ganancia de peso.
Por: Isbelia Farías
Muchas personas se esfuerzan por perder peso, mientras que otras, sin hacer tanto, lo logran, o simplemente no engordan.
Hay muchos planes dietéticos que a un grupo de la población les funciona de maravilla, pero otro porcentaje trata de seguir el esquema lo más rígido posible y, aun así, continúan ganando peso.
De acuerdo con el programa de la BBC, The Truth About Obesity ("La verdad sobre la obesidad"), hay cinco factores que pueden afectar el peso y muchas personas ni siquiera lo sospechan.
Factores que podrían afectar el pesoEntre los factores, se encuentran los siguientes:
1-Microbios intestinales
El profesor Tim Spector ha hecho un seguimiento a dos gemelas con diferencia de peso, una de ellas pesa 41 kilos más que la otra. Spector considera que muchas de las diferencias en el peso se deben a organismos diminutos, o microbios, que habitan en el intestino y sostiene: "Cada vez que comes, alimentas cien billones de microbios. Nunca cenas solo".
Muestras de heces revelaron que una de las hermanas tenía una gama diversa de microbios, mientras que la otra tenía pocas especies.
"Cuanto mayor es la diversidad, más flaca es la persona. Si tienes sobrepeso, tus microbios no son tan diversos como deberían ser", señala el profesor.
Tener una dieta sana y variada, rica en diferentes fuentes de fibra, ha demostrado ser clave para crear una gama muy diversa de microbios intestinales.
Entre las buenas fuentes de fibra dietética están:
- Los cereales integrales para el desayuno
- Las frutas, incluidas las bayas y las peras
- Las verduras como el brócoli y las zanahorias
- Los frijoles
- Las legumbres
- Las nueces
2-Los genes
Este factor podría explicar por qué algunas personas suelen ver resultados cuando comienzan una dieta, pero otras no.
Los científicos de la Universidad de Cambridge creen que la variación de los genes heredados tiene un efecto de entre 40 % y 70 % en nuestro peso. "Es una lotería", señala la profesora Sadaf Farooqi.
"Ahora está muy claro que los genes están involucrados en la regulación de nuestro peso y si usted tiene una falla particular en algunos genes, eso puede ser suficiente para estimular la obesidad".
Ciertos genes pueden afectar el apetito, la cantidad de comida que se quiere comer y el tipo de alimento que se podría preferir.
Los genes también pueden afectar la forma en que quemamos calorías y si nuestros cuerpos pueden manejar la grasa de manera eficiente.
Hay al menos 100 genes que pueden afectar el peso, incluido uno llamado MC4R. Las personas con una falla en este gen tienden a tener más hambre y anhelan alimentos con más grasa. "Realmente no hay nada que puedas hacer con respecto a tus genes, pero para algunas personas, saber que los genes pueden aumentar sus posibilidades de ganar peso puede ayudarlos a lidiar con los cambios en la dieta y el ejercicio", dice Farooqi.
3-Las horas
La hora en la cual se come también es influyente. El doctor James Brown, quien es experto en obesidad, señala que mientras más tarde comamos, más probabilidades hay de que subamos de peso, debido a nuestros relojes internos.
"El cuerpo está programado de tal manera que manejamos con mayor eficiencia las calorías durante el período diurno, cuando hay luz, que cuando es de noche, cuando es oscuro", explica.
Durante la noche, a nuestros cuerpos les cuesta digerir las grasas y los azúcares. Por lo que consumir la mayor parte de las calorías antes de las 19:00 puede ayudar a perder peso o evitar adquirir unos kilos.
4-Comer sin pensar
Hugo Harper, un científico británico dedicado al estudio del comportamiento, dice que existen formas de cambiar nuestro comportamiento alimentario inconsciente en vez de enfocarnos sólo en contar calorías. Una estrategia, indica el experto, es: eliminar las tentaciones visuales. Eso podría ser más efectivo que si le dejamos todo el trabajo a nuestra fuerza de voluntad consciente.
Harper también fomenta las conductas de sustitución: optar por alternativas menos calóricas de nuestras comidas favoritas en vez de eliminarlas por completo.
Apela por las versiones dietéticas de los refrescos y trata de reducir las porciones de tus meriendas más que quedarte sin ellas.
Existe una tendencia de comer sin pensar. Por lo que es buena idea seguir las sugerencias que tienen los paquetes de comida sobre las porciones y usar un plato más pequeño cuando llega la hora de la cena.
5-Las hormonas
El apetito está controlado por las hormonas y se ha descubierto que, más que la intervención quirúrgica en sí, la cirugía bariátrica puede ser eficaz porque hace que aumenten las hormonas que provocan saciedad y que disminuyan las que hacen tener hambre.
Pero esta es una operación mayor que implica la reducción del tamaño del estómago hasta en un 90% y solo se lleva a cabo en personas con un índice de masa corporal de al menos 35.
Investigadores del Imperial College de Londres han recreado las hormonas intestinales que causan cambios en el apetito después de que se ha realizado una cirugía bariátrica con el objetivo de realizar un nuevo ensayo clínico.
Todos los días, durante cuatro semanas, una mezcla de tres hormonas se le administra a los pacientes como una inyección.
"Los pacientes sienten menos hambre, están comiendo menos y están perdiendo entre 2 y 8 kilos en solo 28 días", señala la doctora Tricia Tan.
Si se demuestra que el fármaco es seguro, el plan es usarlo hasta que los pacientes alcancen un peso saludable.
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