Especialista explica que el diagnóstico de esta condición autoinmune genera culpa injustificada en muchas familias, a pesar de que no es prevenible.
Por: Laura Guio
Durante la celebración del décimo aniversario de la Cross the Goal Foundation en Plaza Las Américas, la Dra. Leticia Hernández, endocrinóloga, ofreció una charla educativa sobre el impacto emocional y clínico del diagnóstico de diabetes tipo 1, desmitificando creencias erróneas y ofreciendo esperanza a las familias afectadas.
La especialista reveló que uno de los principales desafíos que enfrentan las familias es el sentimiento de culpa tras recibir el diagnóstico.
"Es un diagnóstico de verdad que crea mucha incertidumbre en la familia que lo recibe y muchas veces incluso hasta un sentido de culpa que es erróneo y que nace de esos mitos que existen alrededor de tanto la diabetes tipo 1 diabetes tipo 2", explicó la Dra. Hernández.
La médica señaló que este sentimiento es particularmente común en la cultura latina, donde la comida juega un papel central en las relaciones familiares. Sin embargo, enfatizó que "estamos hablando de una condición no prevenible" y que "esto es una condición que es autoinmune, donde hay un ataque al páncreas, que es ese órgano que produce insulina y no es algo que podamos prevenir."
La doctora compartió experiencias conmovedoras de su práctica médica: "Muchas veces esa mamá que acompaña a ese joven, cuando le decimos, 'Esto no es tu culpa', termina en lágrimas la visita médica."
El papel fundamental de la insulina
Hernández fue contundente al aclarar que, a pesar de la información que circula en redes sociales, "la diabetes tipo 1, su tratamiento es insulina." La educación sobre el uso correcto de este medicamento es esencial para el manejo exitoso de la condición.
"Es bien importante que esos padres, que ese joven, que ese niño se eduquen en cómo funciona cada una de esas insulinas que van a utilizar, a qué hora las deben utilizar, cuándo van a utilizar esa insulina con respecto a sus comidas", detalló la especialista.
Avances tecnológicos que facilitan el controlLa endocrinóloga destacó los avances tecnológicos disponibles actualmente, como los monitores continuos de glucosa y las microinfusoras de insulina, que han revolucionado el manejo de la diabetes tipo 1. Estos dispositivos no solo facilitan el monitoreo, sino que también permiten a los familiares recibir alertas sobre niveles de glucosa peligrosos.
"Hoy día tenemos, por ejemplo, monitores donde familiares pueden recibir las alertas de glucosas bajas, de glucosas altas y ayudar ese paciente que a veces puede ser que no se haya dado cuenta que recibió una alerta", explicó.
Detección temprana: Las tres etapas de la diabetes tipo 1Uno de los aspectos más novedosos presentados por la Dra. Hernández fue la explicación sobre las pruebas de anticuerpos que permiten identificar la diabetes tipo 1 en sus etapas iniciales, incluso antes de que aparezcan síntomas evidentes.
"Hoy día nosotros reconocemos que la diabetes tipo 1 tiene tres diferentes etapas", señaló, explicando que la primera etapa es cuando surgen los anticuerpos pero los niveles de glucosa permanecen normales, la segunda cuando ya aparecen criterios de prediabetes, y la tercera cuando se confirma el diagnóstico.
Esta detección temprana es especialmente importante para familiares de primera línea. "Si tenemos menos de 45 años se recomienda que se hagan estos anticuerpos para identificarse", aconsejó la especialista.
Un mensaje de esperanzaLa Dra. Hernández concluyó su participación con un mensaje positivo: "La diabetes tipo 1 no es un límite, ese niño, ese joven, ese adulto puede lograr todo lo que se proponga en su vida, aunque viva con esta condición."
La médica también enfatizó la importancia de mantener un estilo de vida saludable como familia. "No debemos esperar a estar enfermos para cuidarnos, que el llevar un estilo de vida saludable debe ser una actividad a nivel de familia, que nosotros padres podamos ser ejemplo para nuestros hijos", señaló.
El evento organizado por la Cross the Goal Foundation, que celebró una década de trabajo ininterrumpido, se dedicó a la educación, el apoyo emocional y la concientización sobre la diabetes tipo 1, reafirmando su compromiso con las familias puertorriqueñas afectadas por esta condición.