La psoriasis es una condición autoinmune crónica que afecta principalmente la piel, pero también puede involucrar otras áreas del cuerpo, como las articulaciones, los tendones e incluso otros sistemas.
Por: Laura Guio
Se trata de una enfermedad inflamatoria cuyo origen exacto aún no se comprende completamente, aunque se sabe que está relacionada con un mal funcionamiento del sistema inmunológico.
La dermatóloga Tania González señala que esta disregulación del sistema inmunológico provoca que el cuerpo mantenga ciclos de inflamación de forma constante, lo que genera los síntomas típicos de la psoriasis, como las placas rojas y escamosas en la piel.
A pesar de que la causa de la psoriasis aún se desconoce por completo, se sabe que existen diversos factores que contribuyen a su desarrollo, siendo los más relevantes los factores genéticos y ambientales. "El factor genético es muy importante en los pacientes con psoriasis", explica González.
"Los factores de riesgo son la genética, personas con historial familiar de psoriasis tienen más riesgo, la obesidad, fumar y ciertos estilos de vida no saludable" añade la especialista.
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Diagnóstico y evaluación de la psoriasis
El diagnóstico de la psoriasis generalmente se realiza a través de la observación clínica. En palabras de la Dra. González, "uno lo ve y lo diagnostica únicamente mirando". Sin embargo, el paciente juega un papel crucial en la identificación de las áreas afectadas, ya que puede haber hallazgos en áreas inesperadas, como las uñas, que podrían cambiar el diagnóstico inicial.
Diferencia entre psoriasis y dermatitis atópica
Aunque la psoriasis y la dermatitis atópica comparten algunos síntomas similares, como la inflamación y la picazón, son condiciones distintas con causas y tratamientos diferentes.
La psoriasis es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca las células de la piel, acelerando su renovación y causando la formación de placas escamosas.
En cambio, la dermatitis atópica, también conocida como eczema, es una afección crónica relacionada con una respuesta inmunitaria exagerada a factores ambientales o alérgenos, y se caracteriza por piel seca, enrojecida y muy pruriginosa.
La Dra. Tania González señala que, aunque en ocasiones puede ser difícil diferenciar entre ambas, especialmente en niños, una evaluación cuidadosa por parte de un dermatólogo, que considere el historial familiar y los síntomas específicos del paciente, es crucial para un diagnóstico preciso.
Criterios para elegir el tratamiento adecuado
La elección del tratamiento para la psoriasis depende de una serie de factores, que varían según la severidad de la enfermedad, el tipo de psoriasis y las características individuales del paciente. Entre los aspectos más importantes a considerar están:
Severidad de la psoriasis
El grado de afectación de la piel, los síntomas como picazón extrema y el dolor en las articulaciones, así como el impacto de la enfermedad en las actividades diarias del paciente, son cruciales para determinar el tratamiento. En los casos más leves, se suelen emplear cremas tópicas. Sin embargo, en casos moderados o severos, puede ser necesario un tratamiento más agresivo.
Tratamientos tópicos y terapias de luz
Para las formas más leves de psoriasis, los tratamientos iniciales suelen incluir cremas con corticosteroides y otros productos antiinflamatorios. Además, la terapia de luz, específicamente la exposición a luz ultravioleta (UV), es muy efectiva. González señala que, en lugares como Puerto Rico, muchos pacientes notan una mejora significativa al exponerse al sol debido a la luz UV natural del trópico.
Tratamientos sistémicos: Terapias biológicas:
En los casos más graves de psoriasis, cuando los tratamientos tópicos no son suficientes, se recurren a tratamientos sistémicos, como los medicamentos biológicos. Estos tratamientos están revolucionando el manejo de la enfermedad, ya que se dirigen de manera específica a las proteínas involucradas en la inflamación.
Según la Dra. González, "se espera que el paciente vea una mejoría de casi el 90% en las primeras 12 a 16 semanas de tratamiento". Sin embargo, enfatiza que, si un tratamiento no muestra resultados en los primeros cuatro meses, no se debe cambiar precipitadamente.
Impacto en la calidad de vida
La psoriasis puede afectar significativamente la calidad de vida del paciente, no solo por los síntomas físicos, sino también por las consecuencias psicológicas. Muchos pacientes con psoriasis experimentan inseguridad, depresión y ansiedad debido a las lesiones visibles en su piel. "Muchos de estos pacientes se esconden, tienen inhibiciones sociales e intentan ocultar su condición con ropa", explica González. Es fundamental que los pacientes reciban apoyo emocional y psicológico, además de tratamiento médico.
El tratamiento de la psoriasis no se limita solo a la medicación. La Dra. González destaca la importancia de que los pacientes modifiquen su estilo de vida para mejorar su salud general. "Un paciente con psoriasis debería llevar un estilo de vida lo más saludable posible, lo que incluye una dieta balanceada baja en grasas, hacer actividad física regularmente y evitar fumar", recomienda. Estos hábitos no solo pueden ayudar a controlar la enfermedad, sino también a reducir los factores que contribuyen a su empeoramiento.
El tratamiento de la psoriasis debe ser personalizado y adaptado a las necesidades de cada paciente. La gravedad de la enfermedad, el tipo de psoriasis, el historial familiar, las comorbilidades y las preferencias del paciente son factores clave para elegir la terapia más adecuada.
Como subraya la Dra. González, "lo mejor que uno puede hacer es educarse, entender lo que empeora o mejora la condición, y ser proactivo en el tratamiento para prevenir las exacerbaciones".