La consulta temprana con un dermatólogo puede ser beneficiosa en el diagnóstico de la celulitis y en la identificación de imitadores clínicos.
Por: María Camila Sánchez
La celulitis es una infección cutánea que se produce generalmente cuando las bacterias ingresan a través de una fisura en la barrera de la piel. Esta condición puede presentarse de diferentes formas y sus causas varían según el tipo de celulitis.
En la celulitis no purulenta, la causa más común es el Streptococcus pyogenes, y se caracteriza por la ausencia de pústulas o drenaje purulento. Por otro lado, el Staphylococcus aureus puede causar tanto celulitis no purulenta como purulenta. Es importante destacar que el S. aureus puede ser resistente o sensible a la meticilina, lo cual puede influir en la selección del tratamiento antibiótico.
Incidencia de celulitis SARM va en aumento
En los últimos años, se ha observado un aumento en la incidencia de infecciones por S. aureus resistente a la meticilina (SARM) en la comunidad, incluso en pacientes sin factores de riesgo conocidos. Sin embargo, los factores que predisponen a la colonización por SARM incluyen el uso previo de antibióticos, hospitalización o cirugía recientes, residencia prolongada en un servicio, infección por VIH, uso de drogas inyectables, encarcelamiento, servicio militar, compartir equipo deportivo y maquinillas de afeitar.
Otros patógenos que pueden provocar celulitis
Además de las bacterias mencionadas, existen otros patógenos potenciales que pueden causar celulitis en circunstancias específicas. Por ejemplo, las mordeduras de perros o gatos pueden llevar a la celulitis debido a bacterias como Pasteurella, Neisseria o Fusobacterium. En el caso de las mordeduras humanas, se deben considerar organismos como Eikenella corrodens o Veillonella. Asimismo, las lesiones acuáticas pueden estar asociadas a la presencia de Vibrio, Aeromonas o Mycobacterium.
En pacientes inmunodeprimidos se debe buscar una causa adyacente
En pacientes inmunodeprimidos, es importante investigar la causa de la celulitis, incluyendo posibles causas no bacterianas. Por ejemplo, la Helicobacter cinaedi puede causar celulitis en pacientes con infección por VIH o antecedentes de quimioterapia. Los pacientes con lupus eritematoso sistémico son susceptibles a la celulitis por Streptococcus pneumoniae. La historia clínica desempeña un papel crucial en la determinación del organismo causal y en la selección del tratamiento antibiótico adecuado.
Factores que predisponen la celulitis
Diversos factores predisponen a la celulitis infecciosa, como la edad avanzada, la obesidad, el edema de la pierna y la presencia previa de celulitis. El linfedema, en particular, puede facilitar el crecimiento bacteriano y se ha encontrado una alta asociación entre el linfedema y la celulitis.
Además de los factores de riesgo, interrupciones en la función de barrera de la piel debido a heridas crónicas, infección o trauma también pueden aumentar el riesgo de celulitis.
Diagnóstico diferencial
En cuanto al diagnóstico diferencial, es importante tener en cuenta que existen varias condiciones que pueden imitar la celulitis clínicamente. La dermatitis por estasis, la dermatitis de contacto y la infección necrotizante de los tejidos blandos son algunos de los ejemplos que deben considerarse y diferenciarse de la celulitis.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento, este depende de la gravedad y características clínicas de la celulitis. En casos leves, se pueden utilizar antibióticos orales, mientras que en casos graves puede ser necesario el uso de antibióticos intravenosos. La elección del antibiótico se basa en el agente causal más probable, teniendo en cuenta la posibilidad de SARM.
Es importante mencionar que la consulta temprana con un dermatólogo puede ser beneficiosa en el diagnóstico de la celulitis y en la identificación de imitadores clínicos. Además, la duración del tratamiento antibiótico debe basarse en la respuesta clínica del paciente, y se recomienda un seguimiento estrecho para asegurar una mejoría adecuada.
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