La tecnología "piel en una jeringa" combina hidrogel granular y microperlas de gelatina cargadas con fibroblastos, permitiendo que el propio cuerpo reconstruya la dermis y forme vasos sanguíneos de manera natural.
Por: Katherine Ardila
Científicos suecos han desarrollado una investigación con ayuda de la Universidad de Linköping y han creado un gel bioactivo que contiene células vivas y puede imprimirse en 3D para formar injertos de piel funcional, con la capacidad única de regenerar tejido sin dejar cicatrices.
Este avance, publicado en la revista 'Advanced Healthcare Materials', supera las limitaciones de los métodos actuales como los autoinjertos cultivados, que frecuentemente resultan en formación de tejido cicatricial.
La ciencia detrás de la "piel en una jeringa"El equipo multidisciplinar, liderado por Johan Junker del Centro Sueco de Medicina de Desastres y Traumatología, ha desarrollado lo que denominan "piel en una jeringa". Esta tecnología consiste en una biotinta especial compuesta por hidrogel granular bifásico que contiene microportadores de gelatina porosa cargados con células vivas.
"La dermis es tan compleja que no podemos cultivarla en un laboratorio. Ni siquiera conocemos todos sus componentes", explica Junker. "Por eso decidimos trasplantar los componentes básicos y dejar que el cuerpo la fabrique por sí mismo".
La clave del sistema reside en el uso de fibroblastos, las células más abundantes en la dermis, que tienen la capacidad única de diferenciarse en diversos tipos celulares según las necesidades del tejido. Los investigadores cultivan estas células sobre pequeñas perlas porosas de gelatina, material similar al colágeno natural de la piel.
Para mantener este complejo celular en su lugar, los científicos han desarrollado un ingenioso sistema de anclaje mediante química de clic, combinando las perlas con ácido hialurónico, sustancia naturalmente presente en el organismo.
Tecnología adaptable y versátilUno de los aspectos más innovadores de este desarrollo es su capacidad de cambio de estado. El material se vuelve líquido bajo presión ligera, permitiendo su aplicación precisa con jeringa, para luego recuperar su consistencia gelatinosa una vez en contacto con la herida.
Como señala Daniel Aili, profesor de física molecular y coautor del estudio, "esta propiedad también permite imprimir en 3D el gel con las células que lo componen, abriendo posibilidades para personalizar completamente los injertos".
En pruebas realizadas con ratones, los investigadores imprimieron discos tridimensionales que implantaron bajo la piel. Los resultados han superado las expectativas: "Observamos que las células no solo sobreviven, sino que producen activamente las sustancias necesarias para crear nueva dermis", afirma Junker. Un hallazgo particularmente alentador fue la formación espontánea de vasos sanguíneos dentro de los injertos, proceso crucial para la integración exitosa del tejido trasplantado.
El futuro de los tratamientos dermatológicosEl proceso comienza con una pequeña biopsia de piel del paciente, cuyas células se expanden en laboratorio antes de incorporarse al gel para crear injertos personalizados.
Aunque aún se requieren más estudios antes de su aplicación clínica en humanos, el equipo sueco se muestra optimista. "Este material nos parece muy prometedor", concluye Junker, destacando su potencial para mejorar el tratamiento de quemaduras graves y otras afecciones dermatológicas que actualmente dejan secuelas permanentes