La bata blanca se convirtió en una promesa pública de servicio y responsabilidad ante la comunidad.
Por: Katherine Ardila
Cuarenta y cinco futuros farmacéuticos de la Clase 2029 de la Escuela de Farmacia del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico vivieron este jueves un momento importante en su formación profesional: la tradicional ceremonia de investidura de batas blancas.
El acto, celebrado en el anfiteatro Jaime Benítez del RCM, marcó el inicio formal de su camino como profesionales de la salud y su compromiso con el servicio a la comunidad.
Durante la emotiva ceremonia, la Dra. Yasmín Pedrogo Rodríguez, decana de Asuntos Académicos, representó a la rectora del Recinto, Dra. Myrna L. Quiñones Feliciano, mientras que la decana de la Escuela de Farmacia, Dra. Wanda T. Maldonado Dávila, dirigió personalmente la bienvenida a los noveles estudiantes.
Los aspirantes a farmacéuticos realizaron el solemne Juramento del Código de Honor ante la atenta mirada de familiares, amigos y compañeros, mostrando visible emoción al recibir sus batas blancas.
Palabras de inspiración de los académicosLa rectora Quiñones Feliciano comentó el valor de su formación: "En la Escuela de Farmacia de nuestro Recinto se forman profesionales altamente capacitados, éticos y comprometidos con el servicio a nuestra comunidad. Su preparación académica y práctica es esencial para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades y la investigación científica".
Por su parte, la decana Maldonado Dávila profundizó en el simbolismo del acto: "Este acto simbólico representa el inicio de su etapa profesional, cuando hacen la transición de estudiantes universitarios a futuros profesionales en las ciencias de la salud. Hoy nuestros estudiantes hacen la promesa solemne de mantener un comportamiento y ejecutoria ejemplares en el ámbito académico, en la comunidad y, por encima de todo, en el cuidado de los pacientes".
Legado y excelencia institucionalCon 112 años de historia, la Escuela de Farmacia del RCM se consolida como una de las instituciones más prestigiosas del Caribe y América Latina, ranking entre las 50 mejores de Estados Unidos.
Este centro académico ha sido semillero de líderes en la práctica profesional, industria farmacéutica, investigación clínica y política de salud, trascendiendo las fronteras de la isla.
La ceremonia marca el inicio de una carrera profesional pero también establece un pacto de servicio y excelencia con la sociedad puertorriqueña.
Los nuevos estudiantes de farmacia enfrentarán retos académicos rigurosos, pero cuentan con el respaldo de una facultad comprometida y una institución que cree firmemente en su potencial para transformar el panorama de la salud en la isla.