La donación de órganos en paro cardiaco controlado en paciente pediátrico es un procedimiento muy poco habitual.
Por: Yolimarian Torres
Este procedimiento que es poco común, debido a que la estructura y los tejidos de un bebé no son iguales a los de un adulto, ni tampoco la resistencia a la isquemia - fase que pasa entre el momento en que se interrumpe la circulación del órgano hasta que se restituye nuevamente en el cuerpo del receptor-, cosa que complica el procedimiento.
El paro cardiaco controlado -o asistolia controlada- se realiza en pacientes sin esperanza de vida que están a la espera que se les retire el apoyo vital. De esta manera, los órganos están mejor preservados que en el caso de muerte encefálica u otros tipos de asistolia como la no controlada, cuando la parada cardiorrespiratoria tiene lugar fuera de un centro hospitalario, según reportó el Hospital Vall d’Hebron al medio de comunicación 20 Minutos de España.
El procedimiento se realizó en España por el equipo del Hospital Vall d’Hebron, quienes han extraído los pulmones en paro cardiaco controlado a un bebé para trasplantarlos a otro menor de 24 meses que estaba en lista de espera para recibir dos pulmones. La técnica que se emplea para la extracción es la misma que en pacientes adultos, a pesar de que en pacientes pediátricos es un procedimiento muy poco habitual en Europa.
“En asistolia controlada, el donante se traslada a quirófano, se le retira el apoyo vital y se espera que se produzca el asistolia, es decir, que el corazón deje de latir”, describe la doctora Laura Romero, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar del Vall d’Hebron. En este caso, la generosidad del bebé donante y su familia ha permitido salvar la vida a otro bebé con una enfermedad terminal.
"Hay muy poca experiencia de donación en asistolia controlada con bebés. Esta es la primera vez en el Estado que se hace con un donante menor de 24 meses", explica la doctora Irene Bello, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d'Hebron. “La opción en asistolia controlada se había explorado poco, hay poco donante infantil, y esta intervención abre un nuevo campo”, añade la doctora Laura Romero.
“La opción en asistolia controlada se había explorado poco, hay poco donante infantil, y esta intervención abre un nuevo campo”
En cuanto a la extracción, "en donantes tan pequeños, no sabemos cuánto tiempo pueden estar los tejidos sin recibir oxígeno, de manera que tenemos que hacer la cirugía de la extracción de los pulmones lo más rápido posible", especifica la doctora Irene Bello.
En este caso, una vez se extrajeron los pulmones del bebé donante y se comprobó que el órgano era viable para llevar a cabo el trasplante, se trasladaron al Vall d’Hebron, donde el receptor esperaba en quirófano. En la intervención participó un equipo multidisciplinar formado por profesionales de cirugía torácica, cirugía cardíaca pediátrica, anestesiología, el equipo de la UCI pediátrica que hizo posible el apoyo con oxigenación extracorpórea al quirófano, enfermería de anestesiología, coordinadora de enfermería de trasplante, enfermería perfusionista, enfermería quirúrgica, auxiliares y celadoras y celadores.
“El injerto era perfecto, se había hecho la extracción a quirófano y los pulmones llegaban en un estado óptimo”, destaca la doctora Laura Romero, que fue la cirujana que realizó el trasplante, junto con la doctora Leire Sánchez, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar. “Más compleja fue la segunda intervención del proceso, es decir, el trasplante, porque el bebé receptor tiene una cardiopatía congénita y para poder realizar el trasplante de ambos pulmones fue necesario remodelar el corazón con la colaboración del equipo de cirugía cardíaca pediátrica”, detalla la doctora Laura Romero.
El paciente sufría una hipoplasia y estenosis de venas pulmonares, que es una cardiopatía congénita que cursa con hipertensión pulmonar y acaba requiriendo un trasplante pulmonar.
Por su parte, Lis Vidal, enfermera gestora de casos de trasplantes, explica que “antes del trasplante trabajamos con la familia o cuidadores cómo será todo el proceso: el acceso a la lista de espera, la intervención, la estancia en la UCI y la hospitalización. Establecemos una relación muy próxima, basada en el respeto y la confianza para que el niño y la familia logren los conocimientos y las habilidades después del trasplante en relación al tratamiento, la dieta y la actividad física aconsejados para tener total autonomía una vez reciban el alta”.
El doctor Nacho Iglesias, referente en trasplante pulmonar pediátrico de la Unidad de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística, añade que “hacemos seguimiento del paciente para prevenir y tratar posibles complicaciones respiratorias como las infecciones o de rechazo del injerto, y ajustamos el tratamiento inmunosupresor. Además, trabajamos de forma coordinada con otras especialidades fundamentales para la buena evolución del paciente, como son apoyo nutricional pediátrico, cardiología pediátrica, nefrología pediátrica, fisioterapia, logopedia y foniatría”.
"En la población infantil es mucho más infrecuente que en población adulta necesitar trasplantes de pulmón. Sin embargo, hay niños y niñas que están en lista de espera y los donantes son muy escasos. Por eso es importante poder ampliar las opciones de donantes a través, por ejemplo, de este procedimiento de asistolia controlada", afirma el doctor Alberto Jáuregui, jefe del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar.