El discurso de los solicitantes se basa en el presunto impacto negativo en quienes se las practican.
Por: María Camila Sánchez
La terapia de conversión es un término amplio que se usa para describir prácticas y acciones destinadas a cambiar la orientación sexual o la identidad de género de las personas, para convertir a cualquiera que no se identifique como "heterosexual" en una persona "heterosexual". Médicos norteamericanos han pedido que se acabe con estas prácticas que afectan negativamente a quienes se les practican.
Históricamente, las terapias de conversión han utilizado el electroshock, medicamentos químicos, administraciones de hormonas e incluso cirugía. Si bien estas prácticas extremas se están volviendo más raras, todavía se están llevando a cabo muchas otras acciones dañinas, que afectan negativamente tanto a niños y adolescentes como a adultos en Estados Unidos, según una perspectiva que publica esta semana la revista 'New England Journal of Medicine'.
Actualmente, solo 18 estados tienen leyes que prohíben la terapia de conversión en Estados Unidos para personas menores de 18 años. Ningún estado ha prohibido las terapias de conversión realizadas a adultos.
"Como resultado de la falta de regulación sobre estas "terapias", muchos adultos y niños continúan siendo defraudados, perjudicados y traumatizados en los Estados Unidos todos los días", explica el autor principal, el doctor Carl Streed, Jr., un médico de atención primaria en el Boston Medical Center (BMC) y profesor asistente de medicina en la Facultad de medicina de la Universidad de Boston (BUSM).
Según los autores, el daño que causan estas terapias está bien documentado, incluidas las tasas más altas de depresión y pensamientos e intentos de suicidio. "Además de los problemas de salud asociados con las terapias de conversión, estas prácticas también acarrean serias cargas económicas para las personas LGBTQ y el país en general, incluyendo bajos logros educativos, menores ingresos y menor rendimiento laboral", apunta Streed, quien también trata a pacientes en El Centro de Medicina y Cirugía Transgénero en BMC.
La perspectiva alienta a los médicos a estar atentos sobre este tema, dado que muchas víctimas de la terapia de conversión a menudo guardan silencio al respecto. Los autores destacan la importancia de enseñar a los médicos acerca de los rasgos comunes y los factores de riesgo para ayudarlos a identificar mejor a los pacientes que se sometieron o podrían recibir terapia de conversión.
También enfatizan, para los profesionales médicos, las enfermedades psiquiátricas que provocan las terapias de conversión, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) que requieren atención médica.
De igual forma, también llaman a la acción a educadores médicos para reformar los planes de estudio de las escuelas de medicina y los programas de capacitación para preparar mejor a los futuros médicos para atender a las personas LGBTQ, incluida la identificación y el tratamiento de traumas pasados.
Los autores consideran que existe amplia evidencia de que los médicos actuales están mal equipados para ayudar a las víctimas de la terapia de conversión y a las personas LGBTQ en general. Esto se debe en gran parte a que la educación sobre la salud LGBTQ no es una parte obligatoria del plan de estudios de las escuelas de medicina y, por lo tanto, la mayoría de los médicos nunca aprenden a atender adecuadamente las necesidades de salud generales de estos pacientes, mucho menos el trauma causado por la terapia de conversión.
"En pocas palabras, estas prácticas deben terminar --dice Streed--. Necesitamos trabajar en todos los sectores para centrarnos en garantizar que todas las personas de todas las edades reciban una atención adecuada e integral por parte de profesionales médicos capacitados en un entorno de apoyo".
Streed, quien fue presidente del Comité Asesor de la Sociedad Médica de Massachusetts sobre Asuntos LGBTQ y ex presidente del Comité Asesor de la Asociación Médica Americana sobre Asuntos LGBTQ, aboga por poner fin a la terapia de conversión.
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