En esta cohorte, el 16.4% de las mujeres con seguimiento menstrual confirmado experimentaron hemorragia uterina anormal.
Por: Mariana Mestizo Hernández
La investigación sobre patrones de sangrado uterino anormal se ha visto limitada por la falta de datos demográficos y sanitarios detallados, así como por la ausencia de confirmación de la precisión en el seguimiento menstrual. Este estudio de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, Harvard University, Boston, MA se propuso abordar estas limitaciones utilizando datos recopilados a lo largo del Apple Women's Health Study.
Antecedentes
Históricamente, el análisis de datos de seguimiento menstrual ha carecido de la inclusión de factores demográficos y de salud cruciales, lo que ha afectado la comprensión precisa de los patrones de sangrado anormal. La falta de confirmación de la exactitud del seguimiento menstrual también ha generado incertidumbres en los resultados previos.
Objetivo
El objetivo principal de este estudio fue identificar y analizar los patrones de sangrado uterino anormal, su prevalencia y las posibles asociaciones con características demográficas y condiciones médicas específicas.
Diseño del estudio
Se analizaron los datos de 18,875 participantes del Apple Women's Health Study, comprendidos entre noviembre de 2019 y julio de 2021, quienes proporcionaron datos de seguimiento menstrual y excluyeron aquellos que informaron embarazo, lactancia, uso de hormonas o menopausia.
Cuatro patrones de sangrado uterino anormal fueron evaluados: menstruaciones irregulares, infrecuentes, prolongadas y sangrado intermenstrual irregular (manchado). La confirmación mensual se llevó a cabo mediante encuestas para excluir registros digitales inexactos o incompletos. Se utilizó regresión logística para evaluar la relación entre hemorragia uterina anormal y afecciones médicas autodeclaradas.
Resultados
La edad media de las participantes fue de 33 años, con un índice de masa corporal promedio de 29.3 y un 68.9% de raza blanca no hispana. La prevalencia de hemorragias uterinas anormales fue del 16.4% (n=3103; IC del 95%, 15.9-17.0) una vez confirmado el seguimiento.
La prevalencia específica de patrones anormales fue del 2.9% para menstruaciones irregulares, 8.4% para menstruaciones infrecuentes, 2.3% para menstruaciones prolongadas y 6.1% para sangrado intermenstrual irregular.
Discusión
La prevalencia de menstruaciones infrecuentes mostró un aumento del 33% entre las participantes de raza negra, incluso después de ajustes por edad y índice de masa corporal. La obesidad, especialmente en las clases 2 y 3, también se asoció con mayores prevalencias de menstruaciones infrecuentes.
Además, se encontraron asociaciones significativas entre hemorragia uterina anormal y condiciones médicas autodeclaradas, incluyendo síndrome de ovario poliquístico, hipertiroidismo, hipotiroidismo, endometriosis, displasia cervical y fibromas.
Conclusiones
En esta cohorte, el 16.4% de las mujeres con seguimiento menstrual confirmado experimentaron hemorragia uterina anormal. Factores demográficos, como la raza y la obesidad, se asociaron con mayores prevalencias.
Asimismo, condiciones médicas como síndrome de ovario poliquístico, enfermedades tiroideas y trastornos ginecológicos se correlacionaron con una mayor incidencia de hemorragia uterina anormal. Estos resultados contribuyen significativamente al entendimiento de los factores que influyen en los patrones menstruales atípicos, proporcionando información valiosa para la atención clínica y la investigación futura.
Acceda al estudio completo aquí.